Servidumbre
en el Boquete de Parrado
La historia de hoy nos va a mostrar los pasos que se dieron en el año 1859 para rehabilitar una de las entradas menos conocidas de Villamartín. Hoy sabemos que, para ir a Bornos, Arcos o a Jerez había que coger El Camino de Bornos; para ir a Sevilla o Utrera se cogía La Cañada Real de Sevilla; y, ¿para ir a Espera? ¿Por dónde se iba? A continuación, lo vamos a saber.
Cartografía © Instituto Geográfico Nacional de España
El
28 de junio de 1859, el Sr. alcalde D. Pedro Gil comunicaba al cabildo que
necesitándose poner expedito el trozo de camino que dirige al pueblo por el
sitio llamado Boquete de Parrado, se formase expediente sobre el particular y
se diese al Ayuntamiento cuenta de él en el inmediato cabildo.
Así,
en el citado cabildo se certificó del punto 4º lo siguiente: Estando
interceptado para la vía pública el trozo de camino que dirige al pueblo por el
sitio llamado Boquete de Parrado a virtud de causas independientes de la
voluntad del municipio, y siendo de alta necesidad franquearlo para el servicio
de los vecinos, que están sufriendo de otro modo incomodidades indebidas;
acordó la Corporación que, para conseguir este útil objeto, se dirija oficio al
Sr. D. José Peñalver, propietario del cortinal sito en aquel punto y por uno de
cuyos extremos debe abrirse el insinuado comino para su mayor rectitud, en el
que se le ruegue que en obsequio de la población se sirva ceder en venta a este
Ayuntamiento el corto pedazo de terreno que se juzga preciso a tal propósito y
cuyo precio se satisfará en equitativa tasación de los fondos del caudal de
propios con cargo al capítulo de improvistos pidiéndose autorización al efecto
al Sr. Gobernador de la provincia en el concepto de que si el Sr. Peñalver se
resista, lo que no es de esperar, a hacer a la comunidad tan buena obra se
formará expediente de expropiación con arreglo a la ley de la materia de fecha
17 de julio de 1836 y en su conformidad será desposeído del indicado pedazo de
terreno por causa de utilidad pública marcada, abonándosele el valor según se
lo dieren los peritos.
El
contenido del citado punto 4º fue remitido en oficio el Sr. Peñalver, el cual
compareció ante el alcalde y el secretario alegando lo que sigue: que ha
recibido el oficio que se le dirigió con fecha cuatro de julio de 1859,
trasladándole el acuerdo tomado en 30 de junio anterior, para que ceda un
pedazo de su cortinal, a fin de abrir por él la servidumbre pública que desde
el camino de Sevilla debe dar entrada por el Boquete de Parrado; pero que como
quiera que de acceder a lo que se le pide va a sufrir en su propiedad un
perjuicio considerable, sin que la localidad consiga por completo el objeto que
el municipio se propone, puesto que la vereda nunca será tan recta y
conveniente como se ha llegado a creer, mucho más cuando lo
lógico es que aquella se abra por el sitio donde existía anteriormente, y
que aunque interceptado en el año de 1855 para el deslinde de los ejidos y
cañadas, había sido anulada esta medida por el Sr. Gobernador de la provincia;
rogaba a la Corporación se sirviese desistir de su idea y dirigir dicha servidumbre por el paraje que deja indicado,
en gracia de los fundamentos que hacen preferente esta determinación.
El
Sr. alcalde mandó, que se diera cuenta al Ayuntamiento de esta comparecencia en
el inmediato cabildo, y que resolviera lo que tuviera a bien, y de lo que sea
se contraiga a continuación certificación. Y así se hizo. En el cabildo
siguiente se puso en conocimiento del Ayuntamiento la comparecencia de D. José
Peñalver en el punto 5º del mismo: Habiendo expuesto D. José Peñalver en la
Alcaldía, según cuenta que se dio de ello con el oportuno expediente, los
graves perjuicios que se le causarán con tener que ceder el pedazo de tierra de
su cortinal, que se le ha pedido, para abrir la servidumbre pública por el lado
del Boquete de Parrado, a consecuencia del acuerdo de 30 de junio anterior, y
visto por el Ayuntamiento que resistiéndose como se espera a tal cesión, será
necesario formar el expediente de expropiación correspondiente, cuyos trámites
es probable que den lugar a la venida del invierno y que se quede por verificar
una obra tan urgentemente indispensable para el servicio de los vecinos; que en
la adquisición del terreno habrá que hacer un gasto, si no de mucha
consideración, algo más crecido que la que los fondos públicos permiten, y que,
examinado el asunto a mejor luz se ha persuadido de que no hay una necesidad imperativa
en que la vereda o servidumbre se abra por dicho cortinal; acordó que, desistiéndose
de la idea se vea de buscar otro sitio donde sin aquellos inconvenientes pueda
conseguirse el objeto que el municipio se propone, indicándose oportunamente
para la determinación que corresponda.
Antes
estos hechos, parece ser que la Corporación optó por abrir la vereda por donde
existía anteriormente y dirigir dicha servidumbre por el paraje que D. José
Peñalver dejaba indicado.
La
citada vereda o servidumbre tuvo desde siempre su comienzo en el mismo pueblo
de Villamartín, en el sitio del Boquete de Parrado con dirección Oeste, en las
coordenadas geográficas 36º 51’ 34’’ N - 5º 38’ 38’’ W. Siempre se la ha
conocido como «Camino Viejo de Villamartín a Espera o Colada a la Cañada de Los
Pozos». La anchura de esta vía es de hasta veinte metros hoy día (20,00 m.) y
su longitud en el término es aproximadamente de 2.032 m. de los cuales están
asfaltados y forman parte de calles del pueblo 980 m.
Desde
su comienzo en El Callejón, dejaba el antiguo Matadero a la derecha, cruzaba
por los terrenos labrados de la Fuentezuela (antes terrenos de Ramón Holgado y
tierras de D. Mateo Manzano) y después llega al río Guadalete que cruza por la
pasada de la Laguna penetrando en el término de Bornos y tierras del Cortijo La
Laguna donde se une a la “Cañada de los Pozos”.
El
trazado actual es desde el Callejón a calle Extramuros, giro a la derecha y al
llegar a la calle Prado a la izquierda hasta la Avenida de la Feria, giramos a
la izquierda y nos dirigimos a la Avenida de Málaga, dejando el antiguo
matadero a la derecha, y al llegar a la rotonda tomamos la salida de la Avenida
de Sevilla y continuamos por ella dejando el IES Castillo de Matrera y el
Hospital Comarcal virgen de las Montañas a la derecha. Pasada las instalaciones
del Hospital y a pocos metros la vía se desvía a la derecha hasta llegar al río
Guadalete que cruza por la pasada de la Laguna penetrando en el término
municipal de Bornos y tierras del Cortijo La Laguna donde se une a la Cañada de
los Pozos, como ya hemos citado anteriormente.
En
este último tramo el Ayuntamiento de Villamartín ha recuperado, en gran parte
de la vía, su anchura legal, regenerando sus orillas con la plantación de
árboles y flora autóctona, construcciones de bancos de mamposterías para
descansar y juegos para la población infantil.
Ejemplo
como este se debe seguir en el Camino de Alperchite y Cañada El Marcegoso por
ser vías transitadas frecuentemente por la población de Villamartín.
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