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domingo, 12 de marzo de 2017

Historia n.º 11 Camino vecinal del Matadero a la Tenería


Camino vecinal del Matadero a la Tenería

Nuestra próxima Historia tiene comienzo en el año 1926 y con el título anteriormente citado. En este periodo de tiempo llevaban los destinos de Villamartín los señores que a continuación citamos: D. Sebastián Peña Gómez, alcalde; D. Eduardo Jarén Pavón, teniente de alcalde; D. Juan Ostente Salazar, D. Manuel Jiménez Maza, D. Antonio Fernández Mariscal, D. Manuel Pangusión Poley, D. Manuel Fraile Guerrero, D. José Cigales Romero, D. Manuel González Márquez y D. Antonio Bernal Fernández, concejales.
   Como era una obra pública tuvo que seguir los trámites burocráticos de rigor y de la época y así el día 5 de marzo del año en curso, se leía en sesión pública extraordinaria del ayuntamiento la circular de la Diputación provincial que se había incluido en el plan de caminos vecinales nuevos a estudiar, procedente de anteriores contratas, el llamado del Matadero a la Tenería en la carretera de Jerez a Ronda, inserta en el Boletín Oficial.

Acordaron los señores Capitulares elevar instancia a la Excma. Diputación provincial solicitando la más pronta construcción del referido camino que tanto interesaba a la localidad y se comprometieron a contribuir con la parte que de derecho le correspondiera, así como presupuestar en las cuentas del Ayuntamiento partidas para su sostenimiento y conservación.

En octubre del mismo año recibieron unos formularios para completar la solicitud para la construcción de los caminos vecinales del Matadero a la Tenería en la carretera de Jerez a Ronda y del interprovincial de Montellano al kilómetro veinte y cinco de la carretera de San Juan de las Cabezas a Ubrique. Acordaron aceptar íntegramente el primero en la forma propuesta, ratificando completamente el acuerdo anterior y no aceptaron el segundo por no ser de conveniencia ni utilidad para este pueblo y, sobre todo, porque los fondos municipales estaban en esos momentos en mínimos. Agradecieron al ingeniero autor del proyecto aceptado, Sr. Romero, por su actividad y celo demostrado por el mismo en su estudio y desenvolvimiento y al que se la participó a los debidos efectos.
   A principio del año 1927 el paro obrero había crecido considerablemente y para mitigarlo, la Corporación Municipal quería acelerar los trabajos del camino vecinal de la Tenería al Matadero, pero los que se decían dueños de los terrenos que pertenecieron a la Excma. Sr. Condesa de San Remi presentaron grandes dificultades para la venta de los mismo al Ayuntamiento. Ante estas dificultades la Corporación acordó solicitar de la Excma. Diputación unos peritos que justipreciaran el terreno que iba ocupar el camino vecinal en los pertenecientes a la citada Sra. a fin de poder continuar la obra.

Como anécdota diremos que en abril de 1927 se recibió en el Ayuntamiento una petición del vecino Eduardo Tovar Cubero para colocar un kiosco junto a la Glorieta del camino vecinal que se construía desde el Matadero a la Tenería y se comprometía a constituirse en guarda de la citada Glorieta y cuidar de su esmerada conservación. El Pleno acordó aceptar los servicios del Sr. Tovar Cubero y concederle el terreno necesario para ello, durante diez años sin rentas alguna. El alcalde presidente D. Sebastián Peña Gómez, el teniente alcalde D. Eduardo Jarén Pavón y el capitular D. Manuel Jiménez Maza fueron los designados para fijar el lugar del emplazamiento y resolver todo cuanto con este asunto se relacionase.
En el año 1929 se pudieron salvar los impedimentos que ponían los propietarios de los terrenos por donde estaba proyectado el camino de la Tenería al Matadero. A finales de este año el Alcalde Presidente y la Corporación tomaron el acuerdo de adquirir, con destino a la construcción del citado camino con cargo al vigente presupuesto, los terrenos de Doña María de la Concepción y Doña Mercedes Tejón. Dichos terrenos tenían forma de un polígono irregular, acodado en ángulo recto con el eje principal en dirección aproximada Este-Norte, Oeste-Sureste, lindando al Norte con la finca a la cual perteneció y la vereda de Villamartín a Espera; al Sur con la vereda o camino de Bornos, alameda “Primo de Rivera” y extramuros de la calle Álvarez Troya; al Este con parcela del Ayuntamiento; y al Oeste con propiedad de Doña María J. Jaime. El precio que se pagó por estos terrenos fue de 8.236,89 Ptas.

 
  Al año siguiente se compraron otros terrenos, con el destino de la construcción del camino de la Tenería al Matadero, a Doña Francisca de los Ríos Retes en el sitio de Los Ruedos que lindaban al Norte, Sur y Este con extramuros de Villamartín al Oeste con tierras de Don José Vázquez Taboada. El precio pagado por estos terrenos ascendió a 1.520,00 Ptas. Que fue pagado a la vendedora al hacerse las escrituras.
 
La crisis de trabajo no remitía y el 25 de septiembre de 1931 el Sr. Alcalde Presidente de la Corporación expuso que la participación que correspondió al Ayuntamiento del crédito extraordinario concedido por acuerdo del veinte y tres de julio último para la ejecución de obras municipales que sirvieron de alivio a la crisis de trabajo, se hallaba próximo a agotarse con las realizadas por acuerdo de la Corporación del día dos de agosto del corriente año, estando latente la repetida crisis de los obreros agrícolas por lo que propuso a la Corporación la continuación de la obra del camino vecinal del Matadero a la Tenería a fin de seguir dando ocupación a obreros en paro forzoso. Los Sres. Concejales reconocieron la veracidad de las manifestaciones y acordaron continuar la obra que se ejecutaba en el camino vecinal del Matadero a la Tenería para remediar en parte la crisis de trabajo.

Tras los últimos trabajos realizados en el llamado camino del Matadero a la Tenería, no se realizaron más durante siete años y en el mes de marzo de 1938 se recibe un oficio de la Excma. Diputación provincial de Cádiz a la Comisión Gestora del Ayuntamiento. Dicho oficio era poco claro, pero en resumen venía a decir que las obras de construcción del camino vecinal del Matadero a la Tenería en la carretera de Jerez a Ronda estaban durando mucho tiempo y que se las cediese a la Excma. Diputación para terminarla y ponerla en explotación lo antes posible.
Visto lo anterior el ocho de junio del año 1938 la Corporación acordó solicitar de la Excma. Diputación una prórroga para poder terminar la obra el Ayuntamiento ya que la situación económica no permitía en ese momento hacer desembolso. El día doce de julio contestó la Diputación concediendo una nueva prórroga hasta el día 31 de diciembre del año en curso para la terminación del camino vecinal del Matadero a la Tenería, lo que de no quedar terminada en dicho periodo y en condiciones de ser recibidas, se llegará a la rescisión del contrato e incautación por la Diputación Provincial con arreglo a lo previsto en el R. D. de 12 de diciembre de 1926.

Casi dos años después del último aviso, se recibe un oficio de la Comisión Gestora de la Diputación diciendo que habiéndose concedido al Ayuntamiento determinados plazos para el arreglo del camino vecinal sin que éste se haya efectuado y antes la urgente necesidad de llegar a su terminación para abrir al tránsito público el mencionado camino, la Comisión Gestora de la Diputación acordó en sesión del día seis de noviembre del actual año 1940 proceder a la rescisión del contrato con este Ayuntamiento como Entidad Constructora e incautación de las obras de referencia con arreglo en lo previsto en el R.D. de 12 de diciembre de 1926. A pesar de todo, la Corporación Municipal acordó solicitar de la Excma. Diputación Provincial un nuevo plazo para ejecutar las obras necesarias en el camino de que se trata, a fin de que este pueda ser recibido por la Diputación. La Diputación Provincial respondió a esta nueva petición de prórroga diciendo que no era posible y que se atenían en un todo al acuerdo tomado el seis de noviembre de mil novecientos cuarenta.
    Las obras de la carretera del Matadero a la Tenería quedaron paradas durante muchos años, aunque de vez en cuando se le daba un empuje. El mayor empuje se lo dio la Corporación formada por D. Adolfo Blanco Caballero, alcalde; y sus concejales D. Cristóbal Méndez García, D. Ramón Morales Andrade, D. Francisco Vázquez Mendoza, D. Alonso Calvente Vázquez, D. Basilio López Peña, D. Diego Vázquez Pérez, D. Antonio Bernal Aguilar, D. Cristóbal Chacón Pavón, D. Pedro Holgado Martel, D. Pedro García Martínez y D. Antonio Gutiérrez Castro; los cuales hicieron un esfuerzo extraordinario para finalizar las obras.


El 24 de enero de 1955 el Alcalde Presidente convocó a la Corporación en sesión extraordinaria para manifestarles que antes las diversas obras que se han realizado y se han de realizar para la inauguración de la carretera del Matadero a la Tenería hasta convertirla en una gran AVENIDA, y teniendo en cuenta que dichas obras han provocado una aumento del valor de los inmuebles situados en los márgenes del camino y un beneficio a los vecinos de los mismos, por lo que hace resaltar la labor del Ayuntamiento en dichas obras. La Corporación acordó continuar las obras para el acabado que consistían en: apertura de dicha Avenida, instalación de farolas y paseos en la misma, primer establecimiento del acerado de la misma, primer establecimiento del alumbrado, plantación de arbolado y desmonte y tierra allanada. Todo a cargo del vigente presupuesto local.
A continuación de la sesión extraordinaria anterior se leyó una Moción de la Alcaldía-Presidencia en la que se exaltaba la figura de D. Manuel Jiménez Maza como concejal de su época, iniciador e infatigable animador de toda obra pública orientada a hacer de Villamartín el más admirado pueblo de la Sierra. Por toda su formidable labor y todo su innegable entusiasmo se le proponía como “Hijo Predilecto” y rotular “Avenida de Manuel Jiménez Maza” a la que él iniciara con el nombre de camino de la Tenería. Los señores Concejales acordaron por aclamación aprobar la Moción del Sr. Alcalde-Presidente, y en su consecuencia nombrar Hijo Predilecto de la Villa a D. Manuel Jiménez Maza, y rotular “Avenida de Manuel Jiménez Maza”, la hasta ahora conocida por carretera del Matadero a la Tenería, dándose cuenta de este acuerdo al interesado para su satisfacción y proceder a su cumplimiento.

   El 30 de noviembre de 1989, siendo Alcalde D. Carlos Holgado Morilla, el antiguo camino del Matadero a la Tenería en la carretera de Jerez a Ronda, después Avenida Manuel Jiménez Maza, se convirtió en esa fecha en “Avenida de la Feria”, pero a ese sitio de Villamartín siempre, desde que estoy en Villamartín, se le ha llamado “La Avenida”.   

miércoles, 1 de marzo de 2017

Historia n.º 10 El Paseo de la Plaza

                                      El Paseo de la Plaza


          En esta Historia vamos a ampliar un poco más los conocimientos que del Paseo de la Plaza del Ayuntamiento de Villamartín (Cádiz) hemos expuestos en los trabajos, https://sites.google.com/site/11650villamartin/plaza-del-ayuntamiento y en https://sites.google.com/site/11650villamartin/plaza-del-ayuntamiento/paseo-de-la-plaza .
          Como ustedes deben comprender, el aspecto de la Plaza desde 1503 no siempre ha sido el que hoy tiene y, por tanto, tenemos que echarle mucha imaginación.

          Sabemos que en un principio era un cruce entre la Cañada de Sevilla a la Sierra con el Camino de Bornos con una gran explanada para el descanso al ganado y un pozo que servía de abrevadero; además, existiría algunas encinas, higuera, palmas, jaramagos… En verano mucho polvo y en invierno mucho barro.
          A medida que los años iban pasando y la población se iba estabilizando, se diseñaron y surgieron las primeras casas y chozas. Se empezaron a empedrar algunos trozos de la Plaza para el paso de la población, pero el cemento utilizado, el ir y venir de los carros, los carruajes, las bestias, los excrementos de éstas e incluso la población hacía que el empedrado de los sitios se deteriorara en exceso y esto hacía que las Corporaciones Municipales mandasen a repararla todos los años con el consiguiente gasto. Esto se ha ido repitiendo años tras años. Como nota curiosa os reproduzco el punto undécimo del Acta Capitular celebrada el 11 de enero de 1887: “Debiendo procederse con toda brevedad a realizar las obras para la limpia del terreno que ocupa el antiguo Cementerio de esta Villa, la Corporación a propuesta del Sr. Teniente 2º de Alcalde D. Antonio Holgado acordó por unanimidad invertir los escombros que las mismas produzcan en el relleno de la plaza y algunas calles de esta población”.  Cualquier cosa servía para no llenarse de barro y excrementos los zapatos, pero no os preocupéis que no nos vamos a encontrar con ningún hueso de nuestros antepasados, solo sirvieron de relleno los escombros.

          El Paseo de la Plaza tal como lo conocemos ahora empezó a diseñarse hacia el 17 de octubre de 1898, siendo Presidente de la Corporación D. Joaquín Carredano Gutiérrez. Éste expuso que las obras del mercado de abastos que se estaban efectuando era una oportunidad para reformar la Plaza de Alfonso XII y convertirla en un sitio ameno e higiénico por medio de la construcción de un Paseo y arreglo de sus vías como demanda la cultura y progreso de la población, pues si bien ésta ha sido siempre una necesidad, hoy lo es más para el complemento de las reformas que viene verificando esta administración municipal desde hace algunos años. La Corporación por unanimidad acordó encargar al Maestro de obras D. Manuel García de Soria que formulase un proyecto de Paseo y arreglo de las vías en la Plaza de Alfonso XII de manera que pudieran irse ejecutando las obras independientes, según lo permitieran los recursos del presupuesto hasta conseguir con su término el embellecimiento, comodidad e higiene de este centro importantísimo de la población.
         Este Paseo es una construcción peatonal situado en el centro del perímetro de la actual Plaza del Ayuntamiento, de 1065,63 m2 de superficie solar. En la actualidad se encuentra en uso.

        El paseo de la Plaza del Ayuntamiento constituye uno de los espacios abiertos más amplio del centro histórico de Villamartín. En el año 1950 contaba con una gran fuente central, cuatro enormes palmeras y 16 sillones bordeando el círculo que formaban éstas, todo en ladrillo visto y azulejería alusiva a sitios típicos de Villamartín. Se construyó para perpetuar la primera traída de agua y abastecimiento de la población. En el año 1978 se volvió a remodelar la Plaza perdiendo toda brillantez.
         Tiene un desnivel importante con pendiente NE-SO, de manera que en el norte del centro peatonal del paseo queda al mismo nivel que el viario, mientras que hacia el sur hay que salvar cinco escalones.

         Actualmente se ha remodelado por completo volviendo a su antigua estructura y diseño. En el taller de cerámica del Ayuntamiento se ha reproducido la azulejería primitiva.