El
callejón de Parrado
Este callejón está situado
entre las coordenadas geográficas 36.859511, - 5.643825 y 36.859848, -5.644154
del actual pueblo de Villamartín. Tenía cuando habitaban en él dos familias
30,34 metros aproximadamente; en la actualidad mide 46,84 metros. No siempre se
le ha llamado callejón porque hasta 1825 no se construyeron las casas 42 y 44 actuales
y a esta salida del pueblo se le llamaba Camino Viejo de Villamartín a Espera. A
partir de entonces se denominó El Callejón a secas y llegaba hasta la calle
Arquillos, conocida popularmente en aquellos tiempos, y hasta hace poco, por
“Los Postigos” y hoy día por calle Extramuros. Más tarde el callejón tomó el
nombre de Callejón de Parrado.
Y…, ¿quién era Parrado?
La familia Parrado de
Villamartín procede de Jerez de la Frontera. El primero en aparecer y empadronarse
en el pueblo fue D. José Parrado en el año 1782 y como no tenía casa propia,
hizo lo que hacían todos los que se establecían en la localidad, vivir de
alquilado en una casa o mesón hasta poder adquirir una propia. En aquellos
momentos los registros de la Plaza recogían los propios de ella y los de la
calle Mesones, Salto del Pollo y Subida de la Iglesia. Así estuvo hasta el año
1784 que compraron una casa en la calle de San Sebastián (hoy El Santo). Desde
entonces vivieron en esa casa que actualmente corresponde al número 46.
Entre el año citado anteriormente y 1815 el cabeza de familia fue D. Antonio
Parrado. La profesión de los Parrado era trabajar la madera, es decir,
carpinteros. Quizás el más conocido de los Parrado fue D. Francisco Parrado
porque a este nos lo encontramos ya en los registros de 1817 con los miembros
de su familia; éste en ese año tenía 52 años y era natural de Jerez de la
Frontera, además de carpintero era tallista. Estaba casado con Dña. Francisca
Javiera Rivera de 33 años y natural de Villamartín, en el año 1801 tuvieron a
María Dolores Parrado Rivera, en el año 1816 a José Parrado Rivera, en el año
1821 a Antonio Parrado Rivera, y en el año 1823 a Ana María Parrado Rivera. En
el año 1827 fallece D. Francisco Parrado a la edad de 62 años. Al poco tiempo
de la muerte de D. Francisco, su viuda trabajaba de costurera y abrió una
tienda.
Los Parrado contribuyeron con
su esfuerzo personal y perseverancia en ejecutar encargos desde las esferas del
poder local. Fueron Síndicos Personeros, Apreciadores, Concejales. A D. José
Parrado le deben los villamartinenses de su época que hubiese en el pueblo un
boticario con medicinas para vender en el momento.
La primera vez que aparece el
“Callejón de Parrado” en los registros oficiales fue en el año 1828, un año
después de la muerte de D. Francisco Parrado. Quizás fue un gesto de
agradecimiento de la Corporación que el callejón que había al lado de su casa
llevara su apellido y que en los registros sucesivos el “Callejón” tomara ese
nombre.
Así, de esta manera, salen
después historias tan rocambolescas y artificiosas como la que le han contado a
mi buen amigo y fotógrafo Juan José en el bar La Farola de Villamartín.
Sé que personas del cabildo
actual leen este blog y no estaría de más una petición, que esta calle,
callejón, calleja o callejuela, remozada actualmente, retomara su primitiva
denominación en homenaje a esos Parrado que tanto dieron por Villamartín.