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miércoles, 11 de agosto de 2021

Historia n.º 51 ESCUDO HERÁLDICO DEL MARQUESADO DE LOS ÁLAMOS DEL GUADALETE

 

ESCUDO HERÁLDICO DEL MARQUESADO DE LOS ÁLAMOS 

DEL GUADALETE

 

Es normal que estudiosos de distintas ramas de la Historia, tengan que vérselas con algún escudo. Puede ser para catalogar una vajilla armoriada, interpretar un documento sellado o estudiar un cuadro o un edificio que ostenten las armas de su titular. Es incluso posible ser requerido para componer un escudo para el pueblo de los abuelos o el de un sacerdote elegido obispo. Para todo ello es conveniente adquirir una cierta destreza en el manejo del estudio o diseño heráldico.

Nosotros no vamos a componer o diseñar ningún escudo, pero sí describirlo. Se trata del escudo de los Marqueses de los Álamos de Guadalete impreso en el libro perdido hacia el año 1965 “Real Ejecutoria del Marqués de los Álamos del Guadalete, 1732”, y recuperado por el Archivo Municipal de Villamartín en el año 2020.

Para la descripción de este escudo hemos echado manos a varias herramientas como son: un buen diccionario, “Diccionario Heráldico de Vicente de Cárdenas”, textos de Internet como “Ciencia Heroyca” del Marqués de Avilés”, “Adarga Catalana” de Francisco Javier de Garma y el “Tratado completo de la ciencia del blasón” de Modesto Costa y Turell.

El primer elemento que vamos a estudiar es la boca del escudo, es decir, el perfil en el que se inscriben las armas heráldicas. Si la boca del escudo tiene algo de frontera entre lo exterior e interior, necesitaremos trazar sus “puntos geográficos” para poder orientarnos en su interior. Para ello aclararemos antes algunos conceptos para evitar equivocaciones: Diestra y siniestra del escudo, como se dice en correcto lenguaje heráldico, no se corresponden con la mano derecha y la izquierda del observador, sino las del teórico portador del escudo, que se colocaría detrás del mismo. Así, cuando observamos un blasón, su diestra se encuentra a nuestra mano izquierda, mientras que su siniestra se sitúa a nuestra derecha.

El jefe y la punta son respectivamente la parte superior e inferior del escudo.

Flancos son los lados del escudo: el flanco diestro y el flanco siniestro. Las esquinas se llaman cantones, y así, mezclando los conceptos como si de los puntos cardinales tratara, tenemos los cantones diestro y siniestro del jefe, y diestro y siniestro de la punta.

En la ilustración de abajo, sacada de “Heráldica General y fuentes de las armas en España” de Ignacio Vicente Cascante, podemos observar con mayor claridad lo expuesto anteriormente.


Para leer o describir los distintos elementos repartidos por la superficie del escudo, lo haremos de izquierda a derecha, o sea, del flanco diestro al siniestro, de arriba a abajo. Un ejemplo: en un escudo cuartelado se comenzará a leer por el cuartel diestro del jefe, siguiendo por el siniestro del jefe, para continuar por los de la punta en el mismo sentido: diestro primero y siniestro a continuación.

Uno de los elementos que aportan mayor vistosidad al escudo heráldico del Marquesado de los Álamos del Guadalete es su destacado colorido. Un colorido que la ciencia heráldica ha codificado, nominado y reglado desde antiguo, y que se ha utilizado en éste con la debida propiedad. El termino heráldico correcto para denominar la gama cromática de los escudos es el de esmaltes.

El campo del escudo en cuestión está dividido en espacios que se conocen como particiones, dichas particiones operan cada una de ellas como un blasón que se ordena interiormente conforme a las reglas heráldicas.

                                                                             

La más usual de estas particiones es el llamado cuartelado en cruz, idóneo para representar los cuatro costados de una ascendencia, pues permite colocar las armas de los cuatro abuelos del titular del escudo. Dicho cuartelado en cruz coincide con el escudo de los Marqueses de los Álamos del Guadalete.

En definitiva, los cuarteles no son otra cosa que una composición bien ordenada de las particiones del escudo, en que se colocan las diversas Alianzas de las Casas Ilustres; de donde un noble desciende; sirviendo para expresar en ellos las Armas, que cada una de estas tiene; que en lo que nos compete son cuarteles de Alianzas. Dichos cuarteles de Alianzas son las divisiones del escudo en que se representa las Armas de la Familia Noble, con que un Caballero está coligado.

Las Armas de la familia se ponen en el primer cuartel, pero como en nuestro caso, el primer titular del Marquesado de los Álamos del Guadalete no era Noble y carecía de Armas familiares, ya que el Título fue creado para él por Carlos II, rey de España, dándole éste Armas de su escudo. Así, tenemos en el primer cuartel en campo de Oro, matizado con tres flores de lis de gules. El Oro simboliza el topacio, el Sol, Leo, fuego, domingo, julio, ciprés, el girasol, el gallo, el león y el delfín; significa la justicia, benignidad y clemencia, la nobleza, la caballerosidad, riqueza, generosidad, ejemplaridad, soberanía, amor, pureza, salud, alegría, larga vida y la eternidad, el poder y la constancia que se ha de tener en los peligros. Los que tienen este color en sus Armas, están obligados a hacer el bien a los pobres, y defender a sus príncipes; peleando por ellos, hasta la última gota de sangre.

El segundo cuartel lo forman las Armas de familia representada en el escudo por las Armas del abuelo materno, es decir, la Familia Colarte: campo de color azur con perro corriendo en prado de sinople. El perro es el símbolo de los que han hecho servicios señalados a sus Príncipes, no solo con valor, y fidelidad sino también con celeridad y prontitud. El azur, que se toma por el color azul, es el preferido en Francia a causa de que las Armas de sus Reyes tienen el campo de este color, porque representa el Cielo, que es la cosa más alta de todas las criadas. Este color simboliza al zafiro, a Venus, a Tauro y Libra, al aire, al acero, al viernes, a abril y septiembre, al Álamo, a la violeta, al pavo y al camaleón. Significando la injusticia, la alabanza, la hermosura, la dulzura, la Nobleza, la perseverancia, la vigilancia y la recreación, el celo, y la Lealtad que se ha de tener a su Soberano. Los que tienen este color están obligados a socorrer los fieles servicios de los Príncipes, que se hallan sin remuneración de sus servicios.

El tercer cuartel lo forman las Armas de familia representada en el escudo por las Armas de la abuela paterna, es decir, la Familia “De la Cerda”: del Archivo General de Indias se ha recogido la información siguiente: Alonso de la Cerda, natural de Tendilla,soltero, hijo del licenciado Diego Ramírez de la Cerda y de Petronila Martínez, emprendió viaje a Nueva España desde Sevilla para hacerse cargo de la cuantiosa herencia que su hermano le legó a su muerte, el 16 diciembre 1577 y que ocupaba el cargo de secretario del Adelantado en Nueva España, sabemos además que dejó 3 hijos en España y tuvo dos en América, los cuales reconoció a todos y los dotó con largueza, según consta en su testamento. Son sus armas: escudo Cuartelado. Primero y cuarto: en campo de gules, castillo de Plata y León rampante de Oro, y segundo y tercero: las Armas de Francia. El estudio del escudo heráldico familiar nos encontramos con la inclusión del elemento león, que es la más noble de las figuras, significa que el origen familiar es muy antiguo o del Reino de León o de Inglaterra, generalmente podríamos pensar que los poseedores de tal símbolo estaban emparentados de alguna forma con la realeza.

El cuarto cuartel lo forman las Armas de familia representada en el escudo por las Armas de la abuela materna, es decir, la Familia “Ponce de León”: éste es un apellido andaluz. De Jerez de la Frontera, descendiente de los antiguos Condes de Tolosa, en Francia. Don Diego Ortiz Ponce de León, fue Capitán del Tercio de Milicias de la ciudad, Regidor Perpetuo de Canarias en 1632. De su matrimonio con Doña Agustina de Salvago, nacieron ocho hijos. De ellos, Doña Beatriz Ventura Ortiz Ponce de León y Salvago, nacida en Las Palmas de Gran Canaria el 12 de julio de 1642, casó con Don Juan Botello Tello y Romero, hijo segundo del Sargento Mayor Don Pedro Botello Romero y de Doña María Xuárez Tello, también nacido en Las Palmas el 21 de febrero de 1639. De este matrimonio nacieron siete hijos, el primero Don Pedro Isidoro Botello Ponce de León y Salvago, sucesor. La ascendencia del Capitán Don Diego Ortiz Ponce de León, que se cita al principio, comienza en Diego Ponce de León, llamado el Viejo, hermano del Licenciado Don Guillén Ponce de León, Dignidad de Arcediano de Tenerife en 1567 y sobrinos ambos del Licenciado Don Martín Ponce de León, también Arcediano de Tenerife y Dignidad de la Santa Iglesia Catedral de Canarias en 1530, de la gran familia de su apellido en Andalucía. Diego Ponce de León vivió en la ciudad del Real de las Palmas, en la primera época después de la Conquista, casado con Beatriz de San Miguel Lorenza, con la que tuvo dos hijos: Pedro Ponce de León el Viejo y Diego Ponce de León. Son sus armas: escudo partido. Primero en campo de plata, un león rampante, de oro, y segundo, en campo de oro cuatro bastones de gules. Bordura de oro, con ocho escudetes de oro, fajados de azur. El estudio del escudo heráldico familiar nos muestra de quienes formaron el origen de la familia Ponce de León. La inclusión del elemento león, que es la más noble de las figuras, significa que el origen familiar es muy antiguo o del Reino de León o de Inglaterra, generalmente podríamos pensar que los poseedores de tal símbolo estaban emparentados de alguna forma con la realeza. Los esmaltes del arma de los Ponce de León, pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad.

Una vez terminado el camino por el interior de nuestro escudo, vamos a pasar a estudiar los dos elementos externos que lo caracteriza:  la corona y la Cruz de Calatrava. A excepción de la Corona, cualquier otro elemento externo suele ordenarse a capricho. Tenemos que partir de una idea: si el escudo representa la continuidad del linaje, los elementos exteriores lo individualizan aportando elementos propios de la persona concreta que lo ostenta. De ahí el grado de libertad que muestran estos elementos.

La corona que porta nuestro escudo es la de Marquesado que coincide con la clasificación hecha por Marqués de Avilés, “Ciencia Heroyca”. Barcelona, 1725.

Adosada a la espalda del escudo se encuentra la Cruz de la Orden de Calatrava ya que todos los Marqueses de los Álamos del Guadalete eran miembros de pleno derecho en dicha Orden.

Aunque este trabajo puede alargarse y completarse más, creo que para tener un elemental conocimiento del Marquesado que guio nuestros pasos desde 1685 hasta 1812, es suficiente y se recomienda completarlo con la lectura de otro trabajo sobre “El marqués de los Álamos del Guadalete” que aparecerá en septiembre en el Libro de Feria de 2021.

 

 

miércoles, 19 de mayo de 2021

Historia n.º 50 Tiradores de Ifni (Ifni, África)


 Tiradores de Ifni (Ifni, África)

             Comienzo esta historia recordando de forma muy breve y generalizada un antiguo territorio español en el oeste de África, Ifni. Sitio de África muy relacionado con muchos soldados y en especial con un vecino de la Villa.

Ifni es un territorio frente a las Islas Canarias, donde pescadores de las islas utilizaban como base.

 En 1934 la República Española ordenaba la toma de dicho territorio, y unidades de infantería al mando del Coronel Capaz ocupó la zona.

Por Decreto de 9 de junio de 1934 se creó el Batallón de Tiradores de Ifni, con guarnición en Sidi-Ifni con personal español e indígena, e inicialmente compuesto por tres tabores (Tabores I y II en Ifni y en Aaiún el III). Grupo de Tiradores de Ifni nº 1, compuesto por cuatro tabores, es decir, tres compañías de fusileros y una de armas pesadas; y el Grupo de Tiradores de Ifni nº 2, compuesto por tres tabores.

Según la Real Academia de la Lengua Española, la palabra tabor procede del turco ṭābūr 'batallón, escuadrón'. Y así nos dice que en el antiguo protectorado español en Marruecos significaba, unidad de tropa regular indígena perteneciente al ejército español y compuesta por varias mías o compañías.

 Estos batallones de Tiradores de Ifni participaron en la Guerra Civil y finalizada se reorganizaron en tres tabores: Ifni, Canarias y Sahara.

Por decreto de 21 de diciembre de 1943 cambia su denominación a Grupo de Tiradores de Ifni nº1 quedando todos los tabores reunificados en Ifni.

En 1954 el Batallón Santa Cruz de Ifni se integra en el Grupo de Tiradores formando el 4º Tabor, posteriormente se creó el Grupo de Tiradores nº2, con el Batallón de Cabrerizas de Villa Cisneros que formaría el 5º Tabor.
La Unidades participaron activamente en la Guerra de Ifni-Sahara, 1957-1958, guerra que estalló el 23 de noviembre de 1957, enfrentando a las tropas españolas con el Ejército de Liberación Marroquí por el control de las colonias del Sáhara Occidental.

            Según sus protagonistas fue "corta, dura y extraña", pues, aunque el asedio a la ciudad de Sidi-Ifni duró hasta 1969, los hostigamientos directos, que se extendieron al Sáhara, apenas duraron varios meses.

Un tercio del territorio de la provincia de Ifni se cedió a Marruecos a los pocos días de empezar la guerra, por lo que el régimen de Franco intentó limitar la repercusión del conflicto y mantenerlo alejado de la opinión pública; no estaban dispuestos a airear una derrota.

            Desde las asociaciones de veteranos aseguran que la guerra se saldó con 300 muertos y más de 500 heridos, y recalcan que entre los fallecidos se contabilizaron unos 100 desaparecidos, cuyos cuerpos aún no se han encontrado, a la par que remarcan que los que regresaron tuvieron que lidiar con las "secuelas psicológicas" del conflicto.

Un veterano de Ifni que también participó en la guerra, nos cuenta que su experiencia comenzó un año antes, cuando aún nadie se imaginaba que el pacífico paisaje de la costa atlántica africana se iba a convertir en un polvoriento escenario de guerra.

Acudió a Ifni, por aquel entonces la provincia número 51 del Estado español, para hacer allí el servicio militar. "Era una aventura agradable, sentía curiosidad por conocer África, con su lengua, su música y su clima diferente", explica, pero, a los cinco meses de estar como recluta en la capital, Sidi-Ifni, se desataron las refriegas a las afueras de la ciudad.

"Era tirador y en los combates llevaban un tarbuch, una especie de gorro de color rojo, que era una diana para el enemigo", apunta el veterano. "Además, disparábamos con un mosquetón al que había que apretarle tres veces el gatillo para que saliera la bala, combatíamos con armamento obsoleto de la Guerra Civil", asegura.

El 12 de octubre de 1968, España otorga la cesión de la Provincia de Ifni a Marruecos. El 30 de junio de 1969 se abandona definitivamente el territorio y su capital Sidi-Ifni.

En el año 1935 nace en Villamartín, José, el tercer hijo de cuatro que tuvo el matrimonio formado por Juan y Ana. Tuvo una infancia feliz como todos los niños y al llegar a su juventud ya ayudaba a sus padres en la manutención de la casa con sus trabajos en el campo junto a su padre y su hermano Juan. Su hermana Isabel pronto encontró pareja y formó su familia. Llegado su momento, José Ortega Naranjo, así es como se llamaba nuestro vecino, fue llamado a filas y fue enviado al Sáhara en un barco que partió desde Barcelona y que fue recogiendo combatientes en Valencia, Melilla y otras ciudades durante el recorrido, hasta llegar a El Aaiún, donde les dividieron en dos grupos que tomarían posiciones en las dos provincias atacadas por el Ejército de Liberación Marroquí: Ifni y el Sáhara Occidental. A su llegada a Ifni lo incorporaron como soldado al Grupo de Tiradores nº 1.

                                                

Seguramente José Ortega Naranjo cantó más de una vez este himno tan emotivo que cantaban el Grupo de Tiradores de Ifni:

           Soy valiente,                                           Africana tierra de España,

           soy soldado de España,                          en tu suelo duro y ardiente,

con la frente                                           a mi Patria siempre presente

levantada hacia el sol                             ven mis ojos con ilusión.

y me quema                                            Y por eso tierra africana,

con el aire africano                                 te venero con alegría;

el orgullo de sentirme español.               Y gozoso yo cada día

Adelante                                                  en ti pongo mi corazón.

sin temor a la lucha,                                (Se repiten la primera y

nada espante                                            segunda estrofa)

tu valor, tirador;

somos bravos

Tiradores de Ifni

del Ejército

español el mejor.    

Hasta ahí es una historia común a la de otros 29.232 soldados españoles que participaron en la guerra de Ifni-Zahara, pero lo que marca la distinción es que el soldado nº 20.054 de la relación de personal de tropa José Ortega Naranjo, al término del conflicto, fue condecorado con la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo. La recompensa le fue comunicada al término de la guerra al cabildo de Villamartín el día 27 de agosto de 1958 presidido por don Adolfo Blanco Caballero, así fue:

“Punto quinto. – Previa lectura por mí el secretario que suscribe, conoce con satisfacción el Ayuntamiento de la carta que el Sr. coronel jefe del Grupo de Tiradores de Ifni número 1, dirige al vecino de esta Villa, don José Ortega Naranjo, soldado perteneciente a dicho grupo, por su comportamiento ejemplar en la pasada campaña de Ifni, a la que acompaña la condecoración militar que le ha sido concedida consistente en la Gran Cruz Roja del Mérito Militar. Los señores reunidos, recogiendo el sentir de la población y de la Corporación municipal, acuerdan unánimemente conste en acta el orgullo y satisfacción que produce la imposición de esta condecoración a un hijo de Villamartín, como así mismo que con cargo al capítulo correspondiente del presupuesto ordinario del actual ejercicio se libren 1.000 pesetas, que en concepto de gratificación se entregarán al interesado en un acto público que estimule el ejemplar comportamiento de este soldado en cuyo acto se impondrá oficialmente dicha condecoración”. 

Según nos cuenta un sobrino de nuestro personaje, estuvo en la mili su tiempo correspondiente, pero al saltar la guerra tuvo que seguir; el motivo de la medalla fue que el susodicho José estando de guardia dio la alarma y retuvo a los insurrectos, desbaratando la estrategia del enemigo. No sabe si el acto aludido anteriormente por el Ayuntamiento se llevó a cabo. A su vuelta, siguió viviendo en la casa familiar ubicada en el número 16 de la calle Matadero. No se casó. Don José Ortega Naranjo no vive ya entre nosotros desde hace aproximadamente cinco años. El caso es que no quería que la historia y el nombre de este valiente vecino y ejemplar soldado español, cuya vivienda familiar ya está tapiada como veis en la foto, no quedaran destinadas al olvido.

Para mayor conocimiento os explico lo que significa la condecoración que recibió don José Ortega Naranjo: la Gran Cruz es una placa abrillantada de ráfagas en oro, con la cruz del correspondiente color en el centro, orlada de dos leones y dos castillos en plata, proporcionales al conjunto. Banda de seda, de los mismos colores que la cinta de la que penden las Cruces, uniéndose en sus extremos con un lazo de la misma cinta, del que penderá la Venera de la Gran Cruz timbrada de corona real, en oro, y sujeta a la banda por un aro dorado. La venera consistirá en la cruz correspondiente del mérito y distintivo concedido.

 Con distintivo rojo: Se concederán a aquellas personas que, con valor, hayan realizado acciones, hechos o servicios eficaces en el transcurso de un conflicto armado o de operaciones militares que impliquen o puedan implicar el uso de fuerza armada, y queunas dotes militares o de mando significativas.