Calle Encrucijada
Historia
La calle aparece
por primera vez en el callejero del Padrón de la Moneda Forera de 1589 con el
nombre de Calle de Juan Díaz. En este tiempo la calle contaba con 17 familias
reunidas entre 6 ó 7 casas o chozas. El callejero de 1640, el segundo conocido,
ni siquiera la menciona. Hay que remontarse al padrón de vecinos de 1776 para
encontrar una referencia de la calle que en este caso viene con el nombre de
Martín González, en memoria al que fue capellán del hospital de la Purísima
Concepción.
En el Listado
del Padrón de la Moneda Forera citado al comienzo de esta historia aparece
Martín González (clérigo) viviendo en la calle Veracruz; en la misma calle
viven cerca de él otros clérigos como Cristóbal de Reina (clérigo), Blas
González (clérigo), Pedro Gutiérrez Bravo (clérigo) y Martín González
(clérigo). No sabemos cuándo le dedicaron la calle a Martín González, pero
debería ser entre los años 1640 y 1776 como he mencionado.
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Recorte de página del Padrón |
En esta época la
calle constaba con cuatro o cinco casas. El nombre lo conservó hasta 1902. A
mediado del siglo XVIII cuando se empezó a extenderse la calle ya se empezó a
llamarla popularmente “Encrucijada” tomando el significada que le da el
diccionario de la Lengua Española que dice que “Encrucijada” es un lugar en
donde se cruzan dos o más calles o caminos.
Durante 126 años
la calle se ha llamado Martín González, y algunas veces popularmente La
Encrucijada, hasta que el día 2 de junio de 1902 en sesión pública ordinaria
celebrada por el Ayuntamiento siendo alcalde accidental D. Antonio Doblas
Romero, por disposición de éste se dio lectura al sentido expuesto que,
suscrito por los capitulares D. Joaquín Carredano Gutiérrez y D. Alonso Gil
Pérez, dice así: “Señores Concejales: La
muerte acaba de arrebatarnos a uno de nuestros convecinos más ilustres por su
sabiduría, honradez y laboriosidad. Al Cabildo toca premiar las virtudes de Don
Manuel Poley y Poley; a su atribulada familia derramar en silencio lágrimas de
justo dolor y a este pueblo representado por el Municipio que contó siempre con
el leal concurso de su profesión y de su alto prestigio, corresponde también
honrar su memoria con actos que le perpetúen, si no en la medida de sus nobles
propósitos, al menos en la de sus escasas fuerzas. Los que tienen el honor de
exponer abrigan la convicción de que el duelo, que este inesperado
fallecimiento deja, es general y público, y por ello se permiten proponer al
Ayuntamiento se sirve acordar lo siguiente: 1º que quede consignado en la
sesión que hoy se celebra, el profundo sentimiento que la Corporación
experimenta por la muerte de tan esclarecida persona. 2º que se rotule con el
nombre del finado una de las calles principales de esta Villa. 3º que se
celebren solemnes honras fúnebres al mes de la fecha del fallecimiento del Sr.
Poley, costeadas del Erario municipal. Y 4º que se levante la presente sesión
en señal de luto, poniendo lo acordado en conocimiento de la Señora Viuda y
hermanos del difunto, por si esta sincera expresión de dolor pudiera servir de
lenitivo a su pesar”. Y el Ayuntamiento participando de los mismos
sentimientos de tristeza de los dignos compañeros que firman la exposición,
acordó unánimemente confirmar en todas sus partes los puntos expuestos y que la
calle
denominada Martín González lleve desde hoy el nombre de “Manuel Poley”, dándose
cuenta de esta variación el Sr. Registrador de la Propiedad del partido a los
efectos consiguientes.
Manuel Poley y Poley |
Manuel Poley y Poley nació en Prado del Rey (Cádiz)
el 13 de noviembre de 1848 y falleció en 1902 en Villamartín.
Era hijo de José Poley Sosa y de María del
Rosario Poley Aguilar. Don José Poley Sosa era maestro y había obtenido una plaza
en oposición a escuela en Prado del Rey y en 1861 cuando Manuel contaba
con 13 años de edad su padre le envío a estudiar bachillerato al instituto de
segunda enseñanza de Sevilla. Llegando a ser Doctor en derecho civil y
canónico. Licenciado en filosofía y letras. Catedrático de la universidad
central de Madrid. Profesor de la institución libre de enseñanza de Madrid.
Vicepresidente de la diputación Provincial de Cádiz. Manuel tenía 9 hermanos
Antonio, José, Eugenio, sus hermanas eran bordadoras Rosario, Cándida,
Consuelo, María Josefa y Teresa. Uno de sus hermanos Antonio Poley y Poley fue
jefe de estadística de la provincia de Cádiz y auto del libro “Cádiz y su
provincia”
El 30 de noviembre de
1989 siendo alcalde de la villa D. Carlos Holgado Morilla se acordó un nuevo
callejero de la villa que decía: “Los Sres. Capitulares, examinan el expediente
instruido, con sus informes, plazos y documentación necesaria, para formar el
nuevo callejero de la localidad en el que se integran calles antiguas sobre
cuyos nombres el Ayuntamiento se ratifica, otras que vuelven a su primitiva
denominación popular y las de nueva formación a las que se les da el nombre con
que a cada una se les indica, (Relación de calles anterior a este acuerdo y
Relación de calles a partir de este acuerdo). En este acuerdo aparece la calle
de Manuel Poley con la denominación nueva Calle Encrucijada.
Distribución
Expongo a continuación la
relación de los dueños e inquilinos de las casas tal como se recogen en el
padrón de vecinos de 1817 y se adjunta en el anexo planos de la situación de
las casas con su correspondiente número actual, dueños e inquilinos, diseñados
por primera vez en este documento en el año 2015.La calle estaba compuesta de 22 casas y 8 accesorias sin números. De las 22 casas, 8 estaban ocupadas por sus dueños únicamente, 5 por su dueño e inquilino o inquilinos, y 9 sólo por inquilinos. Las accesorias no estaban ocupadas. Entre todos, los habitantes de la calle sumaban 128 personas o almas agrupadas en 33 familias.
Opiniones y descripción actual
[… la Encrucijada sigue siendo la
Encrucijada y no Manuel Poley, etc…]
La Calle Encrucijada tiene su comienzo en
la Calle de La Botica, comprendiendo una plazoleta y cinco tramos, el primero
es el más antiguo y empieza en la plazoleta, llamada hoy “Plazoleta de la
Encrucijada” junto a la calle de La Botica hasta en cruce con Calle de San
Francisco, el segundo, desde ésta hasta en cruce con Calle Salinera, el tercero
desde ésta hasta el cruce con calle Los Reyes, el cuarto desde ésta hasta el
cruce con calle de Pedro Álvarez y el quinto tramo desde ésta hasta desembocar
en la calle Madrid. Tiene una longitud de 317,50 metros con un desnivel de 0,00
%. En la actualidad está asfaltada los tramos tres, cuatro y cinco, estado la
plazoleta y los tramos dos y tres con adoquines. La dirección para la
circulación de vehículos es única, hacia la calle Madrid. Sólo el tramo primero
se permite circular hacia la plazoleta llegando de la calle Nueva. Como la
calle no es muy ancha no hay arboleda en ella salvo en la plazoleta que dispone
de cuatro árboles y dos bancos de paseo. La plazoleta dispone también de una
farola. Las casas son de dos plantas y generalmente las fachadas están
compuestas la primera planta de puerta de entrada y uno o dos cierros según su
longitud y la planta alta con uno o dos balcones sobresalientes. En la vía está
prohibido el aparcamiento de coches a excepción de la plazoleta que dispone de
dos plazas de aparcamientos. El comercio de la calle lo ocupan los tramos uno y
la mitad del dos.
Entre sus casas más señoriales y
destacadas se encuentra la siguiente:
Historia de la casa nº 2
Casa situada en el número 2 de la actual
calle Encrucijada y número 20 y 21 de la calle Martín González en el año 1817,
de 373 m2 de superficie construida y 260 m2 de solar. El inmueble fue
construido en el año 1902 y reformado en el año 1970. En la actualidad está
dedicada a vivienda la planta alta y baja.
Casa de dos plantas y azotea. En la
fachada principal destacan los tres balcones de arcos rebajados, sobresaliendo
el central enmarcado en cerámica vidriada. Termina la fachada con un friso de
cerámica y una cornisa de ladrillo. La fachada de la calle La Botica no tiene
puerta de acceso sino dos amplias ventanas bajas sobresalientes cubiertas con
rejería. La planta alta repite los tres vanos de la fachada principal, pero sin
decoración cerámica. El solar actual de esta casa correspondía a dos casas y el sistema de enumeración de las casas de las calles era en este año el de herradura por eso a medida que la calle se iba extendiendo los números de estas dos casas iban aumentando ya que estaban situadas al final de la herradura. Los primeros propietarios desde 1817 eran Dña. Ana María Serrano para el número 20 y Luis Márquez el menor para el número 21:
Nº 20.- Dña. Ana Mª Serrano se la tenía
cedida a sus hermanos Juana Serrano de 25 años, Dolores Serrano de 21 años y
Antonio Serrano de 17 años de edad, todos naturales de Bornos.
En el año 1824 vivían en la casa el
matrimonio formado por Joaquín Naranjo de 41 años, natural de Montejaque
(Málaga), panadero y casado con Juana Naranjo, natural de Bornos.
Cinco años después la casa cambió de
dueño, siendo éste José de la Vega que vivía en la casa con su familia y tenía
como inquilino a Luis Benítez. En el año 1837 seguía la casa en poder de José
de la Vega.
Hacia el año 1861 aparece como dueña de la
casa Dña. María del Carmen Pacheco y Buzom de 42 años, natural de Villamartín y
casada, vivían con ella cuatro hijos solteros, Justa Muñoz Pacheco de 18 años,
Mª de las Nieves de 16 años, Francisco de 12 años y Mª del Carmen de 11 años. Y
en el año 1866 continuaba ella.
Nº 21.- Luis Márquez el menor tenía 24
años y era el propietario de la casa, estaba casado con Antonia Sánchez de 23
años y tenían dos hijos, Rosa de 2 años y Pedro de 5 meses. Luis tenía
inquilinos en la casa, Juan Pérez Espanta de 24 años, casado con Juana Ruiz de
24 años y tenían dos hijos llamados Francisco de 4 años y Joaquín de 4 años.
Otros inquilinos eran Francisco Núñez, viudo de 50 años y Dolores Ximénez,
viuda de 48 años.
En el año 1824 la casa se alquiló a Pedro
Vidal de 56 años, natural de Villamartín, jornalero, casado con María Plata de
29 años, natural de Puerto Serrano, tenía una hija de 15 años soltera llamada
María Vidal Plata. En el piso alto estaba de alquilado un hijo de Pedro, Josef
Vidal de 26 años, natural de Villamartín, jornalero, casado con Ana Díaz
Cardoso natural de Villamartín y de 26 años de edad.
Cinco años después la casa cambió de
dueño, siendo éste D. José Lobo que vivía en la casa con su familia. En el año
1837 seguía la casa en poder de D. José Lobo.
Hacia el año 1861 aparece como dueño de la
casa Andrés Domínguez Chacón de 46 años, natural de Villamartín, arriero y
casado con Ana Álvarez Romero, natural de Villamartín, tenían cinco hijos
llamados Pedro de 23 años, Antonio de 22 años, Leonor de 16 años, Joaquín de 15
años y Eduardo de 13 años. Y en el año 1866 continuaba el mismo.