casa topete

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miércoles, 12 de octubre de 2016

Historia n.º 7 Calle Encrucijada


Calle Encrucijada

    Historia

      La calle aparece por primera vez en el callejero del Padrón de la Moneda Forera de 1589 con el nombre de Calle de Juan Díaz. En este tiempo la calle contaba con 17 familias reunidas entre 6 ó 7 casas o chozas. El callejero de 1640, el segundo conocido, ni siquiera la menciona. Hay que remontarse al padrón de vecinos de 1776 para encontrar una referencia de la calle que en este caso viene con el nombre de Martín González, en memoria al que fue capellán del hospital de la Purísima Concepción.
      En el Listado del Padrón de la Moneda Forera citado al comienzo de esta historia aparece Martín González (clérigo) viviendo en la calle Veracruz; en la misma calle viven cerca de él otros clérigos como Cristóbal de Reina (clérigo), Blas González (clérigo), Pedro Gutiérrez Bravo (clérigo) y Martín González (clérigo). No sabemos cuándo le dedicaron la calle a Martín González, pero debería ser entre los años 1640 y 1776 como he mencionado.


Recorte de página del Padrón
      En esta época la calle constaba con cuatro o cinco casas. El nombre lo conservó hasta 1902. A mediado del siglo XVIII cuando se empezó a extenderse la calle ya se empezó a llamarla popularmente “Encrucijada” tomando el significada que le da el diccionario de la Lengua Española que dice que “Encrucijada” es un lugar en donde se cruzan dos o más calles o caminos.
      Durante 126 años la calle se ha llamado Martín González, y algunas veces popularmente La Encrucijada, hasta que el día 2 de junio de 1902 en sesión pública ordinaria celebrada por el Ayuntamiento siendo alcalde accidental D. Antonio Doblas Romero, por disposición de éste se dio lectura al sentido expuesto que, suscrito por los capitulares D. Joaquín Carredano Gutiérrez y D. Alonso Gil Pérez, dice así: “Señores Concejales: La muerte acaba de arrebatarnos a uno de nuestros convecinos más ilustres por su sabiduría, honradez y laboriosidad. Al Cabildo toca premiar las virtudes de Don Manuel Poley y Poley; a su atribulada familia derramar en silencio lágrimas de justo dolor y a este pueblo representado por el Municipio que contó siempre con el leal concurso de su profesión y de su alto prestigio, corresponde también honrar su memoria con actos que le perpetúen, si no en la medida de sus nobles propósitos, al menos en la de sus escasas fuerzas. Los que tienen el honor de exponer abrigan la convicción de que el duelo, que este inesperado fallecimiento deja, es general y público, y por ello se permiten proponer al Ayuntamiento se sirve acordar lo siguiente: 1º que quede consignado en la sesión que hoy se celebra, el profundo sentimiento que la Corporación experimenta por la muerte de tan esclarecida persona. 2º que se rotule con el nombre del finado una de las calles principales de esta Villa. 3º que se celebren solemnes honras fúnebres al mes de la fecha del fallecimiento del Sr. Poley, costeadas del Erario municipal. Y 4º que se levante la presente sesión en señal de luto, poniendo lo acordado en conocimiento de la Señora Viuda y hermanos del difunto, por si esta sincera expresión de dolor pudiera servir de lenitivo a su pesar”. Y el Ayuntamiento participando de los mismos sentimientos de tristeza de los dignos compañeros que firman la exposición, acordó unánimemente confirmar en todas sus partes los puntos expuestos y que la calle denominada Martín González lleve desde hoy el nombre de “Manuel Poley”, dándose cuenta de esta variación el Sr. Registrador de la Propiedad del partido a los efectos consiguientes.



Manuel Poley y Poley
  Manuel Poley y Poley nació en Prado del Rey (Cádiz) el 13 de noviembre de 1848 y falleció en 1902 en Villamartín.

     Era hijo de José Poley Sosa y de María del Rosario Poley Aguilar. Don José Poley Sosa era maestro y había obtenido una plaza en oposición a escuela en Prado del Rey y en 1861 cuando Manuel contaba con 13 años de edad su padre le envío a estudiar bachillerato al instituto de segunda enseñanza de Sevilla. Llegando a ser Doctor en derecho civil y canónico. Licenciado en filosofía y letras. Catedrático de la universidad central de Madrid. Profesor de la institución libre de enseñanza de Madrid. Vicepresidente de la diputación Provincial de Cádiz. Manuel tenía 9 hermanos Antonio, José, Eugenio, sus hermanas eran bordadoras Rosario, Cándida, Consuelo, María Josefa y Teresa. Uno de sus hermanos Antonio Poley y Poley fue jefe de estadística de la provincia de Cádiz y auto del libro “Cádiz y su provincia” 
       El 30 de noviembre de 1989 siendo alcalde de la villa D. Carlos Holgado Morilla se acordó un nuevo callejero de la villa que decía: “Los Sres. Capitulares, examinan el expediente instruido, con sus informes, plazos y documentación necesaria, para formar el nuevo callejero de la localidad en el que se integran calles antiguas sobre cuyos nombres el Ayuntamiento se ratifica, otras que vuelven a su primitiva denominación popular y las de nueva formación a las que se les da el nombre con que a cada una se les indica, (Relación de calles anterior a este acuerdo y Relación de calles a partir de este acuerdo). En este acuerdo aparece la calle de Manuel Poley con la denominación nueva Calle Encrucijada.

      Distribución
      Expongo a continuación la relación de los dueños e inquilinos de las casas tal como se recogen en el padrón de vecinos de 1817 y se adjunta en el anexo planos de la situación de las casas con su correspondiente número actual, dueños e inquilinos, diseñados por primera vez en este documento en el año 2015.
        La calle estaba compuesta de 22 casas y 8 accesorias sin números. De las 22 casas, 8 estaban ocupadas por sus dueños únicamente, 5 por su dueño e inquilino o inquilinos, y 9 sólo por inquilinos. Las accesorias no estaban ocupadas. Entre todos, los habitantes de la calle sumaban 128 personas o almas agrupadas en 33 familias.

    Opiniones y descripción actual

      [… la Encrucijada sigue siendo la Encrucijada y no Manuel Poley, etc…]
      La Calle Encrucijada tiene su comienzo en la Calle de La Botica, comprendiendo una plazoleta y cinco tramos, el primero es el más antiguo y empieza en la plazoleta, llamada hoy “Plazoleta de la Encrucijada” junto a la calle de La Botica hasta en cruce con Calle de San Francisco, el segundo, desde ésta hasta en cruce con Calle Salinera, el tercero desde ésta hasta el cruce con calle Los Reyes, el cuarto desde ésta hasta el cruce con calle de Pedro Álvarez y el quinto tramo desde ésta hasta desembocar en la calle Madrid. Tiene una longitud de 317,50 metros con un desnivel de 0,00 %. En la actualidad está asfaltada los tramos tres, cuatro y cinco, estado la plazoleta y los tramos dos y tres con adoquines. La dirección para la circulación de vehículos es única, hacia la calle Madrid. Sólo el tramo primero se permite circular hacia la plazoleta llegando de la calle Nueva. Como la calle no es muy ancha no hay arboleda en ella salvo en la plazoleta que dispone de cuatro árboles y dos bancos de paseo. La plazoleta dispone también de una farola. Las casas son de dos plantas y generalmente las fachadas están compuestas la primera planta de puerta de entrada y uno o dos cierros según su longitud y la planta alta con uno o dos balcones sobresalientes. En la vía está prohibido el aparcamiento de coches a excepción de la plazoleta que dispone de dos plazas de aparcamientos. El comercio de la calle lo ocupan los tramos uno y la mitad del dos.

      Entre sus casas más señoriales y destacadas se encuentra la siguiente:

                      Historia de la casa nº 2

     Casa situada en el número 2 de la actual calle Encrucijada y número 20 y 21 de la calle Martín González en el año 1817, de 373 m2 de superficie construida y 260 m2 de solar. El inmueble fue construido en el año 1902 y reformado en el año 1970. En la actualidad está dedicada a vivienda la planta alta y baja.
    Casa de dos plantas y azotea. En la fachada principal destacan los tres balcones de arcos rebajados, sobresaliendo el central enmarcado en cerámica vidriada. Termina la fachada con un friso de cerámica y una cornisa de ladrillo. La fachada de la calle La Botica no tiene puerta de acceso sino dos amplias ventanas bajas sobresalientes cubiertas con rejería. La planta alta repite los tres vanos de la fachada principal, pero sin decoración cerámica.        
     El solar actual de esta casa correspondía a dos casas y el sistema de enumeración de las casas de las calles era en este año el de herradura por eso a medida que la calle se iba extendiendo los números de estas dos casas iban aumentando ya que estaban situadas al final de la herradura. Los primeros propietarios desde 1817 eran Dña. Ana María Serrano para el número 20 y Luis Márquez el menor para el número 21:

    Nº 20.- Dña. Ana Mª Serrano se la tenía cedida a sus hermanos Juana Serrano de 25 años, Dolores Serrano de 21 años y Antonio Serrano de 17 años de edad, todos naturales de Bornos. 
    En el año 1824 vivían en la casa el matrimonio formado por Joaquín Naranjo de 41 años, natural de Montejaque (Málaga), panadero y casado con Juana Naranjo, natural de Bornos.
     Cinco años después la casa cambió de dueño, siendo éste José de la Vega que vivía en la casa con su familia y tenía como inquilino a Luis Benítez. En el año 1837 seguía la casa en poder de José de la Vega.

     Hacia el año 1861 aparece como dueña de la casa Dña. María del Carmen Pacheco y Buzom de 42 años, natural de Villamartín y casada, vivían con ella cuatro hijos solteros, Justa Muñoz Pacheco de 18 años, Mª de las Nieves de 16 años, Francisco de 12 años y Mª del Carmen de 11 años. Y en el año 1866 continuaba ella.
     Nº 21.- Luis Márquez el menor tenía 24 años y era el propietario de la casa, estaba casado con Antonia Sánchez de 23 años y tenían dos hijos, Rosa de 2 años y Pedro de 5 meses. Luis tenía inquilinos en la casa, Juan Pérez Espanta de 24 años, casado con Juana Ruiz de 24 años y tenían dos hijos llamados Francisco de 4 años y Joaquín de 4 años. Otros inquilinos eran Francisco Núñez, viudo de 50 años y Dolores Ximénez, viuda de 48 años.

     En el año 1824 la casa se alquiló a Pedro Vidal de 56 años, natural de Villamartín, jornalero, casado con María Plata de 29 años, natural de Puerto Serrano, tenía una hija de 15 años soltera llamada María Vidal Plata. En el piso alto estaba de alquilado un hijo de Pedro, Josef Vidal de 26 años, natural de Villamartín, jornalero, casado con Ana Díaz Cardoso natural de Villamartín y de 26 años de edad.
     Cinco años después la casa cambió de dueño, siendo éste D. José Lobo que vivía en la casa con su familia. En el año 1837 seguía la casa en poder de D. José Lobo.

     Hacia el año 1861 aparece como dueño de la casa Andrés Domínguez Chacón de 46 años, natural de Villamartín, arriero y casado con Ana Álvarez Romero, natural de Villamartín, tenían cinco hijos llamados Pedro de 23 años, Antonio de 22 años, Leonor de 16 años, Joaquín de 15 años y Eduardo de 13 años. Y en el año 1866 continuaba el mismo.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Historia n.º 6, Calle La Botica



                                                                La calle Botica

           «Los pueblos que olvidan a sus hombres ilustres pierden su cultura, pasando a depender y a ser dominados por otra diferente que les será impuesta lentamente. Por ello, es nuestra obligación dejar memoria de los hombres notables que nos han precedido, como signo de agradecimiento por su trabajo que es el inmenso tesoro que nos legaron, gracias al cual, hemos forjado nuestra propia identidad». Con estas palabras del catedrático de Toledo y miembro de la Cofradía Internacional de Investigadores, Gabriel Mora, escribo este relato de las historias de los hombres ilustres que han dado su nombre a la calle Botica de nuestro querido pueblo.

           El primer nombre de la calle no apareció de inmediato después del año 1503 sino que tardaría unos años hasta que los primeros asentamientos se consolidaran y más tarde se planificara la fisonomía del nuevo pueblo. Tras mis investigaciones en el Padrón de Vecinos del año 1589 y en la Gramática de la lengua castellana he llegado a la conclusión que en cada calle planificada existían uno o dos vecinos destacados por diversos motivos, que esas calles fueron tomando con el tiempo el nombre de esos vecinos destacados,  que, en otros casos, las calle tomaban el nombre de los gremios que en ellas vivían y que en dicho Padrón de Vecinos se utiliza abundantemente la preposición “de” como genitivo. Cuando un nombre se une a otro con la preposición “de” existe un significado de propiedad, posesión o pertenencia; muestra de ello lo encontramos en el callejero del Padrón de Vecinos del año 1589 [Calle de los Reyes (familia Reyes), Calle de Dueñas, Calle de Toledano, Calle de Morales, Calle de Gil Pérez, Calle de Montes, Calle de Juan Díaz, Calle de la Cantarería, Calle de los Mesones…]. El primitivo nombre de Espinal que algunos le atribuyen a la calle pudo estar dedicado a un vecino ilustre e influyente con ese apellido, de hecho en el padrón de vecinos anteriormente citado existía en el pueblo una familia con igual apellido que el del supuesto vecino ilustre viviendo en una de las calles de la localidad llamada Calle de Morales, el Abad; reza así en el listado de vecinos de ese año: Francisco de Espinal y su prima Juana de Espinal, doncella.
           En fecha de 1589 la calle Botica ya tenía el nombre Calle de Toledano.  Sabemos que por su etimología, Toledano es el gentilicio de los naturales de Toledo. Y también sabemos que es apellido de origen judío. Varias personas portaban el apellido “Toledano” en la época. De momento se desconoce a que miembro ilustre de la familia Toledano estuvo dedicada la calle. Conocemos a dos hermanos que llevaban el apellido Toledano y que debieron ser importantes en la sociedad local de la época por vivir en la calle y por el detalle de sus lápidas de sepulturas, una con fecha de 1570 y la otra sin fecha, situadas respectivamente en la entrada al coro y delante del altar de Santa Ana en la Iglesia Parroquial a nombres de Pedro y Hernando García Toledano, este último Regidor perpetuo de la Villa. En el padrón de vecinos de 1589 sus respectivas esposas, Catalina Díaz y María del Río, citadas en las sepulturas aparecen como viudas.
           El 20 de julio de 1886 (3) se leyó en el Pleno del Ayuntamiento una instancia formulada por los vecinos de esta Villa don José de Troya Lobillo y don José Toro Carmona solicitando que se varíe, junto con otra, el nombre de la calle “Toledano” por la de Ruiz Cabal. El Ayuntamiento, deseando dar una muestra de cariño al digno hijo de esta población don Antonio Ruiz Cabal, acordó por unanimidad acceder a lo solicitado por los firmantes de la solicitud, remitiendo un certificado del acuerdo al expresado señor para su conocimiento y satisfacción.
           Los ascendientes  de este señor vivían en esta calle, en el número 30 actual, desde 1830. Era un cordobés afincado en Villamartín llamado don Mariano Ruiz Cabal nacido en el año 1800 y de profesión tratante; estaba casado con doña Ana Rodríguez Reyes nacida en Villamartín en el año 1802. Este matrimonio tuvo siete hijos. Uno de ellos hizo sus estudios en Sevilla, Antonio (4), al que está dedicada la calle y al que nos referimos en los párrafos siguientes extraídos de la Gran Enciclopedia Navarra.
Ruiz y Cabal
           Antonio Ruiz-Cabal y Rodríguez, (Villamartín, Cádiz, 1835 - Sevilla, 1908). Obispo de Pamplona (1886-1899). Doctor en teología y licenciado en ambos derechos por Sevilla, fue familiar del cardenal Romo, profesor y rector del seminario (1877-84) y canónigo doctor de Sevilla.  Preconizado obispo de Pamplona (1886) fue consagrado en Madrid por el nuncio Rampolla (22-8-1886). Ejemplar en su conducta, era trabajador en extremo, aunque receloso y un tanto altanero; en su gobierno se apoyó en gente de fuera y al final el descontento era general. Sus habituales pastorales de adviento y cuaresma están sazonadas de abundantes citas de la escritura y de los Padres; sigue de cerca las vicisitudes del Vaticano, dedicando una pastoral a la Rerum Novarum de León XIII. Durante su obispado se fundaron 11 conventos de religiosos y 14 de religiosas, aprobó la Adoración Nocturna, fundó ocho dotes anuales para matrimonio o profesión religiosa, prohibió la lectura y retención de El Porvenir Navarro dirigido por Basilio Lacort (1899). Enfermo de diabetes, renunció a la sede y se fue sin despedida oficial. Su cuerpo descansa en la catedral hispalense.
Miguel de Cervantes
           El 22 de julio de 1931 el Cabildo de Villamartín (5) en sesión ordinaria acordó sustituir, sin más argumento, el nombre de algunas calles entre las que se encontraba la calle Ruiz Cabal por el de Miguel de Cervantes Saavedra. Con el nombre del mayor escritor español de todos los tiempos se pretendió dar pomposidad a una de las calles más importante de la Villa.  
           Este nombre le duró a la calle hasta el 2 de septiembre de 1936, siendo Alcalde don Manuel Cervera Jiménez Alfaro que en Sesión Ordinaria de la Gestora Municipal acordó restablecer el nomenclátor de las calles del pueblo que regía antes del 14 de abril de 1931, volviéndose a llamar de nuevo Antonio Ruiz-Cabal Rodríguez aunque convivió con el de Miguel de Cervantes hasta entrado el año 1977.
           En acta del Cabildo del año 1977 posiblemente se cambió el nombre oficial de la calle Ruiz Cabal por el de Ntra. Sra. de las Montañas, desde la Plaza hasta el final de la calle, dato que se toma del Acta de fecha 13 de octubre de 1977 (7) cuando se refiere a las tasas que deben pagar las calles de primera categoría. 
           En el año 1989 el Cabildo de la Villa celebrado el 31 de agosto (8) cambió de nuevo el nombre de la calle (desde la Plaza hasta El Tacón) por el que desde 1822 siempre han tenido en el habla los villamartinenses “La Calle Botica” (que no “Boticas”) en recuerdo donde se ubicaba la botica del convento-hospital de la Purísima Concepción.
           Termino estas breves historias con palabras parecidas a las de Ruiz Cabal, “es un distinguido lujo tener hombres notables que nos han precedido, un Espinal, un Toledano, un Obispo, un Escritor como hijos ilustres de la localidad a los cuales le agradecemos su trabajo que es su inmenso tesoro que nos legaron”, y hacía falta que una calle de nuestro pueblo estuviese dedicada a la Virgen de las Montañas porque todos los nacidos en Villamartín saben desde pequeño lo que esta Virgen ha significado, significa y significará para cada uno de nosotros."
 
___________________________________
(1) LISTADO DE VECINOS padrón 1589
(2) Real Academia Española, Gramática de la lengua castellana, nueva edición, reformada, Madrid, 1917.
(3) Acta Capitular de 20 de Julio de 1886. Punto segundo.
(4) Padrón de vecinos de 1850.
(5) Acta Capitular de 22 de julio de 1931.
(6) Acta Capitular de 2 de septiembre de 1936.
(7) Acta Capitular de 13 de octubre de 1977.
(8) Acta Capitular de 31 de agosto de 1989.    
              ACTUALIZACIÓN:
              Si quieres ver o descargarte el nuevo vídeo de la calle PINCHA AQUÍ


 

 

miércoles, 16 de marzo de 2016

Historia n.º 5, Dueños e inquilinos Calle El Santo (1817)


     Hoy completamos la “Historia nº 1” que iniciamos el día 4 de enero de 2016 cuando hablábamos de los orígenes de la calle San Sebastián hasta el año 1817.

     Dijimos en dicha Historia que faltaba una relación de dueños y otra de inquilinos de las casas de la calle. Las exponemos aquí haciendo anotar que en el año objeto de estudio no se distinguía “acera derecha e izquierda”, ni “acera de números pares e impares”. Existían otros criterios para la enumeración de las casas de las calles. No obstante, tras mi investigación y estudio sobre ellas, anoto al lado de cada  número de casa antiguo su correspondiente número actual.

     En el periodo de tiempo que apuntábamos en el primer párrafo de esta Historia, también había ricos y pobres, y casas y chozas; en esta calle perteneciente al casco antiguo del pueblo que nos toca describir hoy, no se daban los segundos términos apuntados anteriormente pero sí en calles muy cercanas a ellas que poco a poco iremos sacando en nuevas Historias.

     En cuanto a la relación de dueños, muchos de ellos, que eran labradores,  vivían en sus casas; otros vivían en ellas pero tenían inquilinos, que generalmente eran jornaleros;  y otros no vivían en ellas sino que las tenían para alquilar y así obtener rentas. La relación de vecinos contiene los nombres de los inquilinos de las casas, sean propietarios o no. Las expresiones “Otro, otros, otra” se refiere a que había otros inquilinos en las casas. Algunos nombres de “dueños” no usuales hay día son: Monjas de la Villa, Hermandad de San Juan de Dios, Capellanía, Hermandad del Santísimo, Marqués de las Amarillas, Marqués de Gandul, Fábrica de la Iglesia, Cabildo Eclesiástico de Sevilla, Conde de San Remi…

     Estos esquemas de la situación de cada casa con su dueño o inquilinos en los solares actuales es la primera vez que se conoce en Villamartín después de muchos meses de estudio y trabajo realizado por el que subscribe esta Historia y lo expongo para el conocimiento de los habitantes de la Villa.












lunes, 1 de febrero de 2016

Historia n.º 4, Historia de la casa n.º 90 de la Calle El Santo

 
                                                                                                                              
                                Historia de la casa nº 90


      Solar situado en el número 90 de la actual calle El Santo y número 43 de la calle San Sebastián  en el año 1825, de 177 m2 de superficie. El inmueble fue construido en el año 1900 y en la actualidad está dedicada  a vivienda la planta alta y baja.

      En este solar el primer propietario desde 1824 es Francisco Guerrero Salsavilla: La casa estuvo alquilada el primer año por José de Soto Melgar del cual hemos hablado en el número anterior, y por Pedro de Fuentes de 19 años, soltero, natural de Linares (Jaén) y de profesión jornalero.

      Dos años más tarde la habita su dueño Francisco Guerrero Salsavilla de 67 años de edad, natural de Parauta (Málaga), de profesión espartero y casado con Francisca Márquez de 57 años y también natural de Parauta. En el año 1830 muere Francisco Guerrero a la edad de 70 años y la casa pasa a propiedad de su esposa Francisca Márquez.

      Entre 1837 y 1850 adquiere Juan Maldonado la casa en propiedad y se la alquila a Josef Hinojo León de 41 año, natural de Prado del Rey, jornalero y casado con Isabel Blanco de 36 años de Villamartín con dos hijos María Dolores de 16 años y Juan de 13 años.

      Al año siguiente (1851) la casa está en manos de Antonio Pérez Maldonado que la habita teniendo 44 años, diez años más tarde (1861) aparece como viudo. Convivía con el matrimonio formado por Vicente Pérez Ruiz de 30 años, natural de Villamartín, campo y casado con Ana Palomino Cortés de 30 años y de Algodonales. Un año más tarde se incorpora a la casa Isabel Cándido de 40 años y viuda con su hija Antonia Martínez.

      En el año 1874 sigue viviendo en la casa Vicente Pérez Ruiz con su mujer Ana Palomino Cortés y su hijo Antonio de 12 años y soltero; Ana González y Cortés de 50 años, natural del Bosque y viuda, con ella viven sus hijos José Pineda de 15 años y Luisa de 12 años; Juan López Marchena de 68 años, de Algodonales y viudo; e Isabel López Domínguez de 44 años, viuda y de Algodonales.

      En el año 1885 solo vivía en la casa la familia de Vicente Pérez Ruiz.

      Entre los años 1899 y 1905 viven en la casa Antonio Pérez Palomino de 30 años, natural de Villamartín, de profesión zapatero y casado con Ramona Cigales Pavón de 34 años, natural de Villamartín y sus hijos Teresa de 14 años, Vicente de 8 años y Ana de 1 año; y Ana Palominos Cortés de 46 años, de Algodonales y viuda.

      En el año 1926 vivían en la casa toda la familia de Antonio Pérez Palominos. Diez años después vivía sola en la casa Ramona Cigales Pavón nacida en 1860. En el año 1950 vivía en la casa el hijo de Antonio Pérez Palomino, Vicente Pérez Cigales nacido en el año 1897 en Villamartín, casado y de profesión campo.

     En el año 1965 compra la casa Jerónimo Armario Medina, nacido en El Gastor (Cádiz) en el año 1948, maestro de escuela, casado con Encarnación Toro Manzano, nacida en Villamartín en el año 1950, maestra de escuela y licenciada en Geografía e Historia. Son hijos del matrimonio, Jerónimo Armario Toro, nacido en Villamartín en el año 1975, maestro de escuela y licenciado en Psicopedagogía; Eduardo Víctor Armario Toro, nacido en Villamartín en el año 1978, médico; y María del Mar Armario Toro, nacida en Villamartín en el año 1986, maestra de escuela.

      En la actualidad viven en la casa el matrimonio y los hijos Jerónimo y María del Mar.

domingo, 24 de enero de 2016

Historia n.º 3, Historia de la casa n.º 19 de la calle El Santo

      
                                 Historia de la casa nº 19

           Solar situado en los números 19 de la actual calle El Santo y número 13 de la calle San Sebastián  en el año 1817, de 287 m2 de superficie. El inmueble fue construido en el año 1900 y en la actualidad está dedicada  a vivienda la planta alta y baja.
           En este solar el primer propietario desde 1816 es Las Monjas de la Villa:

            Alquilada a D. Mateos Moreno de 50 años y casado con Dña. Ana Rivera de 45 años. Tenían un hijo llamado D. Manuel Moreno Rivera de 8 años. Una sobrina también vivía con ellos, Dña. Catalina García de 17 años y soltera. Otros vecinos de la casa eran las hermanas Catalina y María Carvajal, viuda y soltera y de 40 y 36 años respectivamente.
                Unos años antes del 1822 la tenía alquilada D. Vicente de los Ríos. En el año 1822 Las Madres Monjas de la Villa se la alquilaron a Dña. Josefa del Río, viuda de 58 años, con  a D. Josef María Franco, soltero de 24 años, y la sirvienta Francisca Sevillano de 58 años. Vivía también en la casa Miguel Miranda, natural de Zaragoza, soltero de 38 años y Alcalde Ordinario.

                Dos años después (1824) vivían en la casa Miguel Miranda y el matrimonio formado por Mateos de Flores de 44 años, de Villamartín, jornalero y casado con Josefa Ortega de 39 años, de Villamartín. Tenían un hijo de 13 años llamado Clemente Flores Ortega.
                Al siguiente año quienes estaban en la casa eran Miguel Miranda casado con Ana Maldonado Pérez de 28 años y de Villamartín; y Dña. María Pérez, viuda de 56 años, suegra de Miguel Miranda, y los hijos de ésta, Teresa Maldonado Pérez de 23 años y Pedro Maldonado Pérez de 20 años. En los años 1828, 29 y 30 vivieron solos el matrimonio Miguel Miranda, su mujer Ana Maldonado y sus hijos Josef de 4 años, María de 2 años y Juan de 1 año.

                En el año 1831 se agrega la familia de Josef Besteiro de la que ya hemos hablado.
                En el año 1837, el propietario de la planta baja eran Las Nonjas de la Villa que se la alquilaron a D. Juan Lobo; y la planta alta de la casa el propietario era D. Francisco Romero Miranda que se la alquiló a D. José Toro. Posteriormente (1850) la casa aparece como propiedad del Excmo. Sr. Duque de Las Ahumadas que se la alquila a D. Francisco Zapata de 50 años, natural de Sevilla, Licenciado y Médico, casado con Dña. Josefa de los Ríos de 47 años, de Villamartín. Sus hijos eran María de la Paz Zapata de los Ríos de 11 años, Vicente Zapata de los Ríos de 9 años, Antonia Zapata de los Ríos de 8 años y Carlos Zapata de los Ríos de 6 años.

                Diez años después se alquila la casa a D. José de Lizama Morales, de 63 años, cura y natural de Osuna (Sevilla). Su hermana Dña. María Lizama Morales, soltera y de Osuna vivía con él. Estuvieron viviendo en la casa varios años. En el año 1866 cambia la casa de propietario, ahora es D. Fernando Peñalver y Moya que se la alquiló (1874) a José Vargas Bonilla de 33 años, de Villamartín, zapatero y casado con Ana Enríquez Zúñiga de 32 años, de Villamartín, y tenían un hijo de 2 años llamada José.
                En el año 1885 D. Fernando Peñalver Moya vivía solo en su casa, soltero, tenía 61 años de edad y era natural de Los Hinojosos (Cuenca).

                Entre los años 1899 y 1905 la casa permaneció cerrada. Y entre 1926 y 1950 D. Antonio Fernández Mariscal y su esposa y más tarde viuda dedicaron la casa a una tienda de tejidos nacionales y extranjeros.

                (Historia hasta el año >>>>>>>>>>>1950)

lunes, 4 de enero de 2016

Historia nº 2, Calle San Sebastián (1817)


Calle San Sebastián (1817)

            El origen de la calle San Sebastián está en el camino de Bornos. Camino que partía del cruce formado por la Cañada Real de Sevilla a la Sierra al llegar a lo que hoy conocemos como la Plaza. Era la vía más larga del pueblo en el año 1817  aunque no estuviese acabada tal como la conocemos ahora.

     
La calle San Sebastián en el siglo XX
      
Está ubicada en la cresta de una loma formando una especie de “m”, desde su comienzo en la cañada Real hasta el final. En la fecha en que hacemos esta descripción de la calle no estaba completamente acabada, había unos terrenos en la parte derecha antes de llegar al Callejón que no estaban construidos, es decir, los números 38 al 44 actuales; y al final se encontraban la ermita del Santo San Sebastián en ruinas y varios solares sin construir antes de llegar a La Silla Decimal, por la izquierda.

La epidemia de peste de 1507 obligó a las autoridades de Villa-Martín a ubicar a los enfermos de la peste en un lugar alejado de la población en el camino de Bornos. En el lugar se levantó más tarde una ermita dedicada a San Sebastián por ser este Santo invocado contra la peste, de donde con el tiempo surgió el nombre de la calle, como así se la conocía ya en 1572. Este nombre, San Sebastián, duró hasta 1886 que pasó a llamarse Álvarez Troya.

            Este camino y calle posterior tenía un problema muy importante y es que como no existía todavía el saneamiento que hoy tenemos en las calle, en época de lluvia se colaba las aguas en las casas entre los números 36 y 47 actuales; de ahí la necesidad de hacer un desagüe a estas casas. Surgió así “El Callejón”, llamado con este nombre desde siempre a estas fechas que tratamos.  Hoy día se le conoce con el nombre de “Boquete Tío Parrao”. Hay que decir que este sitio es importante para la calle por los motivos expuesto, que no es un boquete en el sentido literal de la palabra y que Parrao viene de una familia importante y respetable en esta época apellidados “Parrado” que vivía en el número 46 actual.

            La calle estaba compuesta de 80 casas y 4 accesorias. De las 80 casas, 27 estaban ocupadas únicamente por sus dueños, 16 por su dueño e inquilino o inquilinos, y 35 solo por inquilinos. De las accesorias solo una estaba ocupada por inquilino. Entre todos, los habitantes de la calle sumaban 498 personas o almas agrupadas en 132 familias.

            Expondremos en otra Historia la relación de los dueños e inquilinos de las casas tal como se recogen en el padrón de vecinos de 1817 y se adjuntara planos de la situación de las casas con su correspondiente número actual, dueños e inquilinos, diseñados por primera vez en este documento en el año 2015 por Jerónimo Armario Medina.