Tiradores de Ifni (Ifni, África)
Ifni es un territorio frente a las Islas Canarias, donde pescadores de las islas utilizaban como base.
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Por Decreto de 9 de junio de
1934 se creó el Batallón de Tiradores de Ifni, con guarnición en Sidi-Ifni con
personal español e indígena, e inicialmente compuesto por tres tabores (Tabores
I y II en Ifni y en Aaiún el III). Grupo de Tiradores de Ifni nº 1, compuesto
por cuatro tabores, es decir, tres compañías de fusileros y una de armas
pesadas; y el Grupo de Tiradores de Ifni nº 2, compuesto por tres tabores.
Según la Real Academia de la Lengua
Española, la palabra tabor procede del turco ṭābūr 'batallón,
escuadrón'. Y así nos dice que en el antiguo protectorado español en Marruecos
significaba, unidad de tropa regular indígena perteneciente al ejército español
y compuesta por varias mías o compañías.
Estos batallones de Tiradores de Ifni participaron
en la Guerra Civil y finalizada se reorganizaron en tres tabores: Ifni,
Canarias y Sahara.
Por decreto de 21 de diciembre
de 1943 cambia su denominación a Grupo de Tiradores de Ifni nº1 quedando todos
los tabores reunificados en Ifni.
Según sus protagonistas fue
"corta, dura y extraña", pues, aunque el asedio a la ciudad de Sidi-Ifni
duró hasta 1969, los hostigamientos directos, que se extendieron al Sáhara,
apenas duraron varios meses.
Un tercio del territorio de la provincia de
Ifni se cedió a Marruecos a los pocos días de empezar la guerra, por lo que el
régimen de Franco intentó limitar la repercusión del conflicto y mantenerlo
alejado de la opinión pública; no estaban dispuestos a airear una derrota.
Desde las asociaciones de veteranos
aseguran que la guerra se saldó con 300 muertos y más de 500 heridos, y
recalcan que entre los fallecidos se contabilizaron unos 100 desaparecidos,
cuyos cuerpos aún no se han encontrado, a la par que remarcan que los que
regresaron tuvieron que lidiar con las "secuelas psicológicas" del
conflicto.
Un veterano de Ifni que también participó en
la guerra, nos cuenta que su experiencia comenzó un año antes, cuando aún nadie
se imaginaba que el pacífico paisaje de la costa atlántica africana se iba a
convertir en un polvoriento escenario de guerra.
Acudió a Ifni, por aquel entonces la provincia
número 51 del Estado español, para hacer allí el servicio militar. "Era
una aventura agradable, sentía curiosidad por conocer África, con su lengua, su
música y su clima diferente", explica, pero, a los cinco meses de estar
como recluta en la capital, Sidi-Ifni, se desataron las refriegas a las afueras
de la ciudad.
"Era tirador y en los combates llevaban
un tarbuch, una especie de gorro de color rojo, que era una diana para el
enemigo", apunta el veterano. "Además, disparábamos con un mosquetón
al que había que apretarle tres veces el gatillo para que saliera la bala,
combatíamos con armamento obsoleto de la Guerra Civil", asegura.
El 12 de octubre de 1968,
España otorga la cesión de la Provincia de Ifni a Marruecos. El 30 de junio de
1969 se abandona definitivamente el territorio y su capital Sidi-Ifni.
En el año 1935 nace en Villamartín, José, el tercer hijo de cuatro que tuvo el matrimonio formado por Juan y Ana. Tuvo una infancia feliz como todos los niños y al llegar a su juventud ya ayudaba a sus padres en la manutención de la casa con sus trabajos en el campo junto a su padre y su hermano Juan. Su hermana Isabel pronto encontró pareja y formó su familia. Llegado su momento, José Ortega Naranjo, así es como se llamaba nuestro vecino, fue llamado a filas y fue enviado al Sáhara en un barco que partió desde Barcelona y que fue recogiendo combatientes en Valencia, Melilla y otras ciudades durante el recorrido, hasta llegar a El Aaiún, donde les dividieron en dos grupos que tomarían posiciones en las dos provincias atacadas por el Ejército de Liberación Marroquí: Ifni y el Sáhara Occidental. A su llegada a Ifni lo incorporaron como soldado al Grupo de Tiradores nº 1.
Seguramente José Ortega
Naranjo cantó más de una vez este himno tan emotivo que cantaban el Grupo de
Tiradores de Ifni:
Soy valiente, Africana
tierra de España,
soy soldado de España, en tu suelo duro y ardiente,
con la frente a
mi Patria siempre presente
levantada hacia el sol ven mis ojos con
ilusión.
y me quema Y
por eso tierra africana,
con el aire africano te venero
con alegría;
el orgullo de sentirme
español. Y gozoso yo cada
día
Adelante en
ti pongo mi corazón.
sin temor a la lucha, (Se repiten la
primera y
nada espante segunda
estrofa)
tu valor, tirador;
somos bravos
Tiradores de Ifni
del Ejército
español el mejor.
Hasta ahí es una historia común
a la de otros 29.232 soldados españoles que participaron en la guerra de
Ifni-Zahara, pero lo que marca la distinción es que el soldado nº 20.054 de la
relación de personal de tropa José Ortega Naranjo, al término del conflicto,
fue condecorado con la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo. La
recompensa le fue comunicada al término de la guerra al cabildo de Villamartín el
día 27 de agosto de 1958 presidido por don Adolfo Blanco Caballero, así fue:
“Punto quinto. – Previa lectura por mí el secretario que suscribe, conoce con satisfacción el Ayuntamiento de la carta que el Sr. coronel jefe del Grupo de Tiradores de Ifni número 1, dirige al vecino de esta Villa, don José Ortega Naranjo, soldado perteneciente a dicho grupo, por su comportamiento ejemplar en la pasada campaña de Ifni, a la que acompaña la condecoración militar que le ha sido concedida consistente en la Gran Cruz Roja del Mérito Militar. Los señores reunidos, recogiendo el sentir de la población y de la Corporación municipal, acuerdan unánimemente conste en acta el orgullo y satisfacción que produce la imposición de esta condecoración a un hijo de Villamartín, como así mismo que con cargo al capítulo correspondiente del presupuesto ordinario del actual ejercicio se libren 1.000 pesetas, que en concepto de gratificación se entregarán al interesado en un acto público que estimule el ejemplar comportamiento de este soldado en cuyo acto se impondrá oficialmente dicha condecoración”.
Según nos cuenta un sobrino de nuestro personaje, estuvo en la mili su tiempo correspondiente, pero al saltar la guerra tuvo que seguir; el motivo de la medalla fue que el susodicho José estando de guardia dio la alarma y retuvo a los insurrectos, desbaratando la estrategia del enemigo. No sabe si el acto aludido anteriormente por el Ayuntamiento se llevó a cabo. A su vuelta, siguió viviendo en la casa familiar ubicada en el número 16 de la calle Matadero. No se casó. Don José Ortega Naranjo no vive ya entre nosotros desde hace aproximadamente cinco años. El caso es que no quería que la historia y el nombre de este valiente vecino y ejemplar soldado español, cuya vivienda familiar ya está tapiada como veis en la foto, no quedaran destinadas al olvido.