casa topete

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miércoles, 12 de octubre de 2016

Historia n.º 7 Calle Encrucijada


Calle Encrucijada

    Historia

      La calle aparece por primera vez en el callejero del Padrón de la Moneda Forera de 1589 con el nombre de Calle de Juan Díaz. En este tiempo la calle contaba con 17 familias reunidas entre 6 ó 7 casas o chozas. El callejero de 1640, el segundo conocido, ni siquiera la menciona. Hay que remontarse al padrón de vecinos de 1776 para encontrar una referencia de la calle que en este caso viene con el nombre de Martín González, en memoria al que fue capellán del hospital de la Purísima Concepción.
      En el Listado del Padrón de la Moneda Forera citado al comienzo de esta historia aparece Martín González (clérigo) viviendo en la calle Veracruz; en la misma calle viven cerca de él otros clérigos como Cristóbal de Reina (clérigo), Blas González (clérigo), Pedro Gutiérrez Bravo (clérigo) y Martín González (clérigo). No sabemos cuándo le dedicaron la calle a Martín González, pero debería ser entre los años 1640 y 1776 como he mencionado.


Recorte de página del Padrón
      En esta época la calle constaba con cuatro o cinco casas. El nombre lo conservó hasta 1902. A mediado del siglo XVIII cuando se empezó a extenderse la calle ya se empezó a llamarla popularmente “Encrucijada” tomando el significada que le da el diccionario de la Lengua Española que dice que “Encrucijada” es un lugar en donde se cruzan dos o más calles o caminos.
      Durante 126 años la calle se ha llamado Martín González, y algunas veces popularmente La Encrucijada, hasta que el día 2 de junio de 1902 en sesión pública ordinaria celebrada por el Ayuntamiento siendo alcalde accidental D. Antonio Doblas Romero, por disposición de éste se dio lectura al sentido expuesto que, suscrito por los capitulares D. Joaquín Carredano Gutiérrez y D. Alonso Gil Pérez, dice así: “Señores Concejales: La muerte acaba de arrebatarnos a uno de nuestros convecinos más ilustres por su sabiduría, honradez y laboriosidad. Al Cabildo toca premiar las virtudes de Don Manuel Poley y Poley; a su atribulada familia derramar en silencio lágrimas de justo dolor y a este pueblo representado por el Municipio que contó siempre con el leal concurso de su profesión y de su alto prestigio, corresponde también honrar su memoria con actos que le perpetúen, si no en la medida de sus nobles propósitos, al menos en la de sus escasas fuerzas. Los que tienen el honor de exponer abrigan la convicción de que el duelo, que este inesperado fallecimiento deja, es general y público, y por ello se permiten proponer al Ayuntamiento se sirve acordar lo siguiente: 1º que quede consignado en la sesión que hoy se celebra, el profundo sentimiento que la Corporación experimenta por la muerte de tan esclarecida persona. 2º que se rotule con el nombre del finado una de las calles principales de esta Villa. 3º que se celebren solemnes honras fúnebres al mes de la fecha del fallecimiento del Sr. Poley, costeadas del Erario municipal. Y 4º que se levante la presente sesión en señal de luto, poniendo lo acordado en conocimiento de la Señora Viuda y hermanos del difunto, por si esta sincera expresión de dolor pudiera servir de lenitivo a su pesar”. Y el Ayuntamiento participando de los mismos sentimientos de tristeza de los dignos compañeros que firman la exposición, acordó unánimemente confirmar en todas sus partes los puntos expuestos y que la calle denominada Martín González lleve desde hoy el nombre de “Manuel Poley”, dándose cuenta de esta variación el Sr. Registrador de la Propiedad del partido a los efectos consiguientes.



Manuel Poley y Poley
  Manuel Poley y Poley nació en Prado del Rey (Cádiz) el 13 de noviembre de 1848 y falleció en 1902 en Villamartín.

     Era hijo de José Poley Sosa y de María del Rosario Poley Aguilar. Don José Poley Sosa era maestro y había obtenido una plaza en oposición a escuela en Prado del Rey y en 1861 cuando Manuel contaba con 13 años de edad su padre le envío a estudiar bachillerato al instituto de segunda enseñanza de Sevilla. Llegando a ser Doctor en derecho civil y canónico. Licenciado en filosofía y letras. Catedrático de la universidad central de Madrid. Profesor de la institución libre de enseñanza de Madrid. Vicepresidente de la diputación Provincial de Cádiz. Manuel tenía 9 hermanos Antonio, José, Eugenio, sus hermanas eran bordadoras Rosario, Cándida, Consuelo, María Josefa y Teresa. Uno de sus hermanos Antonio Poley y Poley fue jefe de estadística de la provincia de Cádiz y auto del libro “Cádiz y su provincia” 
       El 30 de noviembre de 1989 siendo alcalde de la villa D. Carlos Holgado Morilla se acordó un nuevo callejero de la villa que decía: “Los Sres. Capitulares, examinan el expediente instruido, con sus informes, plazos y documentación necesaria, para formar el nuevo callejero de la localidad en el que se integran calles antiguas sobre cuyos nombres el Ayuntamiento se ratifica, otras que vuelven a su primitiva denominación popular y las de nueva formación a las que se les da el nombre con que a cada una se les indica, (Relación de calles anterior a este acuerdo y Relación de calles a partir de este acuerdo). En este acuerdo aparece la calle de Manuel Poley con la denominación nueva Calle Encrucijada.

      Distribución
      Expongo a continuación la relación de los dueños e inquilinos de las casas tal como se recogen en el padrón de vecinos de 1817 y se adjunta en el anexo planos de la situación de las casas con su correspondiente número actual, dueños e inquilinos, diseñados por primera vez en este documento en el año 2015.
        La calle estaba compuesta de 22 casas y 8 accesorias sin números. De las 22 casas, 8 estaban ocupadas por sus dueños únicamente, 5 por su dueño e inquilino o inquilinos, y 9 sólo por inquilinos. Las accesorias no estaban ocupadas. Entre todos, los habitantes de la calle sumaban 128 personas o almas agrupadas en 33 familias.

    Opiniones y descripción actual

      [… la Encrucijada sigue siendo la Encrucijada y no Manuel Poley, etc…]
      La Calle Encrucijada tiene su comienzo en la Calle de La Botica, comprendiendo una plazoleta y cinco tramos, el primero es el más antiguo y empieza en la plazoleta, llamada hoy “Plazoleta de la Encrucijada” junto a la calle de La Botica hasta en cruce con Calle de San Francisco, el segundo, desde ésta hasta en cruce con Calle Salinera, el tercero desde ésta hasta el cruce con calle Los Reyes, el cuarto desde ésta hasta el cruce con calle de Pedro Álvarez y el quinto tramo desde ésta hasta desembocar en la calle Madrid. Tiene una longitud de 317,50 metros con un desnivel de 0,00 %. En la actualidad está asfaltada los tramos tres, cuatro y cinco, estado la plazoleta y los tramos dos y tres con adoquines. La dirección para la circulación de vehículos es única, hacia la calle Madrid. Sólo el tramo primero se permite circular hacia la plazoleta llegando de la calle Nueva. Como la calle no es muy ancha no hay arboleda en ella salvo en la plazoleta que dispone de cuatro árboles y dos bancos de paseo. La plazoleta dispone también de una farola. Las casas son de dos plantas y generalmente las fachadas están compuestas la primera planta de puerta de entrada y uno o dos cierros según su longitud y la planta alta con uno o dos balcones sobresalientes. En la vía está prohibido el aparcamiento de coches a excepción de la plazoleta que dispone de dos plazas de aparcamientos. El comercio de la calle lo ocupan los tramos uno y la mitad del dos.

      Entre sus casas más señoriales y destacadas se encuentra la siguiente:

                      Historia de la casa nº 2

     Casa situada en el número 2 de la actual calle Encrucijada y número 20 y 21 de la calle Martín González en el año 1817, de 373 m2 de superficie construida y 260 m2 de solar. El inmueble fue construido en el año 1902 y reformado en el año 1970. En la actualidad está dedicada a vivienda la planta alta y baja.
    Casa de dos plantas y azotea. En la fachada principal destacan los tres balcones de arcos rebajados, sobresaliendo el central enmarcado en cerámica vidriada. Termina la fachada con un friso de cerámica y una cornisa de ladrillo. La fachada de la calle La Botica no tiene puerta de acceso sino dos amplias ventanas bajas sobresalientes cubiertas con rejería. La planta alta repite los tres vanos de la fachada principal, pero sin decoración cerámica.        
     El solar actual de esta casa correspondía a dos casas y el sistema de enumeración de las casas de las calles era en este año el de herradura por eso a medida que la calle se iba extendiendo los números de estas dos casas iban aumentando ya que estaban situadas al final de la herradura. Los primeros propietarios desde 1817 eran Dña. Ana María Serrano para el número 20 y Luis Márquez el menor para el número 21:

    Nº 20.- Dña. Ana Mª Serrano se la tenía cedida a sus hermanos Juana Serrano de 25 años, Dolores Serrano de 21 años y Antonio Serrano de 17 años de edad, todos naturales de Bornos. 
    En el año 1824 vivían en la casa el matrimonio formado por Joaquín Naranjo de 41 años, natural de Montejaque (Málaga), panadero y casado con Juana Naranjo, natural de Bornos.
     Cinco años después la casa cambió de dueño, siendo éste José de la Vega que vivía en la casa con su familia y tenía como inquilino a Luis Benítez. En el año 1837 seguía la casa en poder de José de la Vega.

     Hacia el año 1861 aparece como dueña de la casa Dña. María del Carmen Pacheco y Buzom de 42 años, natural de Villamartín y casada, vivían con ella cuatro hijos solteros, Justa Muñoz Pacheco de 18 años, Mª de las Nieves de 16 años, Francisco de 12 años y Mª del Carmen de 11 años. Y en el año 1866 continuaba ella.
     Nº 21.- Luis Márquez el menor tenía 24 años y era el propietario de la casa, estaba casado con Antonia Sánchez de 23 años y tenían dos hijos, Rosa de 2 años y Pedro de 5 meses. Luis tenía inquilinos en la casa, Juan Pérez Espanta de 24 años, casado con Juana Ruiz de 24 años y tenían dos hijos llamados Francisco de 4 años y Joaquín de 4 años. Otros inquilinos eran Francisco Núñez, viudo de 50 años y Dolores Ximénez, viuda de 48 años.

     En el año 1824 la casa se alquiló a Pedro Vidal de 56 años, natural de Villamartín, jornalero, casado con María Plata de 29 años, natural de Puerto Serrano, tenía una hija de 15 años soltera llamada María Vidal Plata. En el piso alto estaba de alquilado un hijo de Pedro, Josef Vidal de 26 años, natural de Villamartín, jornalero, casado con Ana Díaz Cardoso natural de Villamartín y de 26 años de edad.
     Cinco años después la casa cambió de dueño, siendo éste D. José Lobo que vivía en la casa con su familia. En el año 1837 seguía la casa en poder de D. José Lobo.

     Hacia el año 1861 aparece como dueño de la casa Andrés Domínguez Chacón de 46 años, natural de Villamartín, arriero y casado con Ana Álvarez Romero, natural de Villamartín, tenían cinco hijos llamados Pedro de 23 años, Antonio de 22 años, Leonor de 16 años, Joaquín de 15 años y Eduardo de 13 años. Y en el año 1866 continuaba el mismo.