Las
Historias que voy a traer desde hoy al blog van desde el día 19 de diciembre de
1947 al 31 de mayo de 1963, 16 años, donde Villamartín pasó de la mediocridad
al estar por encima de los pueblos de su categoría. Este avance jamás conocido
en la localidad se debió a un administrador de correos natural de Romangordo
(Cáceres), de 49 años, llamado D. Adolfo Blanco Caballero; casado con una de
Villamartín, Dña. Adelaida Jarava Trujillo. El matrimonio tuvo dos hijas, Elisa
y María del Carmen, ambas naturales de Villamartín, y hasta la fecha viven en
la capital de la provincia, Cádiz.
Como ya sabéis las primeras
noticias escritas sobre la feria de ganado y mercaderes de la villa de Villamartín
tuvo lugar el 18 de septiembre de 1589, es obvio que la referida feria empezaría
a celebrarse mucho antes y todas las corporaciones municipales desde esas fechas
hasta hoy han querido tener un lugar destacado en el sitio de la feria para poder
atender los asuntos relacionados con ella, a este sitio se le ha llamado
siempre caseta municipal. Dicha caseta no tuvo nunca un lugar fijo, sino que
dependía del lugar dónde se festejaba la feria; si era en la plaza, como así
ocurrió durante muchísimos años, la caseta se instalaba en ella; si se alargaba
por el Camino de Bornos hasta la calle de los horcajos (Pedro Álvarez), se
instalaba por allí; cuando se construyó la Alameda de la Concordia, se instaló
allí también. Cuando empezó a construirse la carretera del Matadero a la
Tenería, la feria ocupaba la plaza, la calle Mesones y dicha carreta y en este
trayecto se instalaba todos los años la Caseta Municipal.
La instalación y desinstalación
de la caseta municipal durante todos estos años, desde sus comienzos hasta el
año 1957, le suponía a las arcas del Ayuntamiento un buen dinero y cada año iba
aumentando su presupuesto; así que cuando la Avenida Manuel Jiménez Maza
(antigua carretera del Matadero a la Tenería) estuvo acabada el día 2 de mayo
de 1957 los señores del Ayuntamiento pasaron a considerar sobre la necesidad
sentida de construir de una forma estable y permanente una Caseta Municipal en
el sitio más adecuado del destinado a real de la feria de ganado de esta villa,
ya que con ello se evitaría de una parte los cuantiosos gastos que originaba al
Ayuntamiento la instalación portátil de una caseta en cada feria, que
normalmente y por no contar este Ayuntamiento con el material y útiles
necesarios, se viene haciendo mediante arrendamiento a instaladores que al
hacerlas de forma precipitada, nunca reunían las debidas condiciones de
comodidad, seguridad y estética que debía tener estas instalaciones, y de otra,
contribuiría a dar mayor realce y atracción al real de las ferias con la
posibilidad de utilizarla normalmente a fines de recreo, con posibles
beneficios para la administración municipal, y en consecuencia acordaron por
unanimidad se procediera por el Ayuntamiento a la construcción en forma estable
y permanente de la Caseta Municipal referida en el lugar en que estuvo
instalada en la última feria de septiembre, en la margen izquierda de la
avenida de Manuel Jiménez Maza, pasada la calle Prado y a continuación de las
últimas viviendas que allí existían en aquellos momentos, y que para atender a
los gastos que originaría, se utilizase el anticipo de cien mil pesetas,
concedido a este Ayuntamiento por la Excma. Diputación Provincial; siendo de
propiedad municipal el terreno indicado para su emplazamiento.
Seguidamente se procedió al
examen de los proyectos y presupuestos formulados para la obra de mampostería,
por el perito alarife de la villa D. Esteban Benítez Sánchez y para la armadura
de la caseta por “Hijos de Miguel F. Palacios S.A.” de Sevilla, a base de
hierros; y por “Hierros Forjados y Cementos S.L.” a base de fibrocemento, y
después de amplia deliberación y detenido estudio de los mismos, los señores
del Ayuntamiento acordaron por unanimidad, aceptar el proyecto y presupuesto
formulado por D. Esteban Benítez Sánchez para la obra de mampostería y el de
Hermanos Forjados y Cementos S.L. para la armadura, importantes en presupuestos
aproximados 56.821 Ptas. el primero y 30.788 Ptas. el segundo y que se procediera
a la ejecución de la obra a la mayor brevedad posible.
Este acuerdo de la Corporación
perece que no gustó a todos y una semana después, el 8 de mayo de 1957, el Sr. Alcalde-Presidente
convocó un nuevo cabildo en el que se decía:
Declarado abierto el acto, la
Presidencia manifestó que teniendo en cuenta la importancia de la construcción
de la Caseta Municipal en forma estable y permanente en el Real de la Feria de
esta villa, y captando el estado de ánimo de la mayoría de los Capitulares, que
al parecer no estaban conforme con el acuerdo adoptado por el Ayuntamiento
Pleno, en su sesión pública ordinaria celebrada el día 2 de los corrientes
había estimado oportuno convocar esta sesión pública extraordinaria para volver
a tratar sobre el asunto referido, teniendo en cuenta que no había sido
iniciada la ejecución del acuerdo de referencia; y los señores del Ayuntamiento
después de amplia deliberación y detenido estudio, acordaron por unanimidad
modificar el acuerdo adoptado en la mencionada sesión pública ordinaria de dos
de los corrientes, al punto segundo, en el sentido de que la Caseta de Feria,
se construyera con hierro con arreglo al proyecto formulado por la Casa Hijos
de Miguel F. Palacios S.A. de Sevilla, prescindiendo de momento de las correas,
y adaptando la obra de mampostería proyectada por el perito alarife de la
villa, D. Esteban Benítez Sánchez a esta armadura, en sustitución de los
proyectos aceptados en el referido acuerdo tanto del perito referido para la
obra de mampostería como de la Casa de Hierros Forjados y Cementos S.L. para la
armadura a base de fibrocemento; importando la nueva construcción aprobada un
presupuestos aproximado de 107.530 Ptas. utilizándose para su abono el anticipo
de la Diputación Provincial de 100.000 Ptas. y abonándose la diferencia
restante con cargo a la consignación correspondiente del vigente presupuesto
ordinario de gastos, debiendo procederse seguidamente a cursar la
correspondiente carta de aceptación del proyecto a la mencionada Casa y
rogándole proceda a la construcción de la armadura de hierro proyectada a la
mayor brevedad posible, de forma que la caseta quede instalada para la próxima
Feria de septiembre de esta población.
Deseos que no pudieron cumplirse
porque para los días 21, 22 y 23 de septiembre la caseta municipal estable y
permanente no estaba aún acabada. Sí lo estaría para la próxima y por este
motivo llegó al Ayuntamiento un escrito del vecino de esta villa, D. Basilio
López Peña, en el que formula oferta al Ayuntamiento para tomar en
arrendamiento la Caseta Municipal sita en la Avenida Manuel Jiménez Maza para
su explotación; visto el acuerdo adoptado por la Comisión Municipal Permanente,
en su sesión ordinaria celebrada el día 25 de junio de 1958, en el que una vez
que se emita el correspondiente informe por la Secretaría Municipal se someta
este asunto a la superior y definitiva resolución de este Ayuntamiento Pleno;
visto el informe emitido por la Secretaría de este Ayuntamiento relativo a las
condiciones y requisitos legales exigibles para esta clase de contratos de
arrendamientos de bienes municipales, los señores del Ayuntamiento Pleno,
después de amplia deliberación y detenido estudio, acordaron por unanimidad
aprobar en todas sus partes el pliego de condiciones autorizado por el Sr.
Alcalde-Presidente para este arrendamiento, que figura unido al expediente
número 185/1958 de la Secretaría de este Ayuntamiento y autorizar al Sr.
Alcalde-Presidente tan ampliamente como al efecto sea necesario para que una
vez fuesen aceptadas por el referido vecino las condiciones incluidas en el
referido pliego, formalizara el correspondiente contrato de arrendamiento, con
sujeción estricta a las mismas. Una semana después el pliego de condiciones fue
modificado en varios apartados, aceptándolo ambas partes.
La caseta municipal de la villa,
instalada en la margen izquierda de la Avenida Manuel Jiménez Maza, empezó a
funcionar en el año 1958 y contaba con amplias terrazas y salones cubiertos,
merenderos y otras comodidades que hacían agradable la estancia en la misma.
Hoy, ustedes la ven, no es igual,
por decirlo de alguna manera.
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