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lunes, 8 de enero de 2024

Historia n.º 71

 

El Reloj del Ayuntamiento

 

No todas las gentes de Villamartín saben que además de los tres relojes públicos existentes, el de la torre de la parroquia, el de la torre de San Francisco (1) y, el del edificio de la Alameda, existió otro, un cuarto, que corrió con la misma suerte que la plaza de El Oriente.

          Como todo el mundo sabe, la Segunda República española, cuyo nombre oficial era República Española, fue el régimen democrático que existió en España entre el 14 de abril de 1931 y el 1 de abril de 1939. Pues bien, a partir del 14 de abril de 1931 la vida política del pueblo fue dirigida por una gestora hasta nuevas elecciones. Elecciones que dieron como resultado que el 14 de junio de ese año tuviésemos Corporación republicana.

          Un oriundo de Algatocín (Málaga) procedente de Algodonales (Cádiz), casado y con siete hijos y residente 11 años, fue elegido como alcalde de Villamartín: D. Andrés Piña Pacheco.

          Entre otras cosas, expuso por escrito al Ayuntamiento antes de que acabase el año 1931: «La importancia y las necesidades de una población de un censo considerable como lo es la de Villamartín venían reclamando desde hace algún tiempo el establecimiento de un reloj público que colocado en la fachada de la Casa Consistorial le ponga a tono con otras poblaciones de su misma categoría, más urbanizada en este aspecto. Fundado en estas consideraciones, el alcalde que suscribe propone al Ayuntamiento la adquisición con el fin indicado de un reloj procedente de la fábrica de campanas y relojes de torres de los Sres. Roses Hermanos, de Valencia de un reloj de las siguientes características y precio:

-                 Reloj máquina                                         2500 Ptas.

-                 Campanas de 200, 75 y 25 kg.                  2500 Ptas.

-                 Esfera y agujas                                        1200 Ptas.

-                 Pesas motor                                               630 Ptas.

-                 Torre hierro forjado                                    990 Ptas.

-                 Cables metálicos                                         350 Ptas.

-                 Engranes de ángulos                                   280 Ptas.

                                                                    -------------                               

                                  Total                             8450 Ptas.

          No obstante, el Ayuntamiento acordará como siempre lo más acertado y conveniente a los intereses de la Villa. Casas Consistoriales 2 de diciembre de 1931. Andrés Piña. [Rubricado]».

          Terminada que fue la lectura del expuesto, previa la disposición conveniente y por unanimidad de los Sres. Concejales el Ayuntamiento acordó: aprobar en todas sus partes el expuesto de referencia y en su virtud adquirir de la Casa Roses Hermanos el reloj de torre de que se trataba por la suma de ocho mil cuatrocientas cincuenta pesetas que se abonarían en tres plazos: el primero, al efectuarse la instalación del reloj; el segundo, a los dos meses de aquella; y el tercero, a los cuatro meses de la instalación repetida; facultando ampliamente a la alcaldía para que pudiera autorizar el oportuno contrato de compra con la Casa citada.

       A los efectos del Estatuto Municipal, el secretario advirtió a la Corporación, antes de tomarse el anterior acuerdo, la necesidad de celebrar el oportuno concurso para la compra del reloj de torre de que se dejaba hecho mérito por exceder la cuantía del gasto, del fijado por la ley para que aquella pudiera ser concertada directamente.

       El correspondiente contrato se realizó como pueden ustedes comprobar en los dos recortes de fotografías expuestos.

      El 29 de abril de año 1932 se dio cuenta de una carta de la fábrica de campanas y relojes de torres de Roses Hermanos, de 21 de los corrientes interesándose que dijesen si se encontraban muy adelantadas las obras para la instalación del reloj de torre adquirido por la Corporación municipal, acordando los Sres. Concejales contestar el referido asunto en el sentido de que se emprendiera el envío del repetido reloj en el mes de junio próximo.

      Examinadas las actas capitulares de todo el año, no se ha encontrado ninguna reseña más sobre el asunto hasta llegar al cabildo de 16 de febrero de 1934, en el cual se vuelve a leer otra carta de los Sres. Roses Hermanos de Valencia, relativa a contrato que se le tenía hecho para la instalación de reloj público, en esta Villa; acordándose responder con vista del dictamen que emitiesen los Sres. de la Comisión de Hacienda respecto al asunto.

       No se sabe lo que respondieron, lo cierto es que en octubre del mismo año tenemos que por unanimidad se acordó aceptar la renuncia que de su cargo de encargado del reloj público de esta villa tenía presentada D. Fernando Parra Coronado, y que hasta tanto se previera el mismo con las formalidades legales, designar para desempeñar el cargo vacante a D. Cándido Romero Díaz.

       En el mes siguiente se vuelve a hablar del caso anterior, pero no de la instalación del reloj de torre: Cabildo 01-11-1934, se dio cuenta a los Sres. concejales del escrito que al Ayuntamiento dirige el vecino de ésta José López Salas solicitando ser nombrado encargado del reloj público de la población. Los Sres. concurrentes acordaron por unanimidad desestimar dicho escrito, por encontrarse ocupado el cargo por D. Cándido Romero Díaz, cuyo nombramiento se acordó provisionalmente en sesión de 26 de octubre pasado, y se ratificaba+ en esta, con carácter interino.

      Como era de esperar, antes tantos aplazamientos y tantas dejadeces el asunto fue diluyéndose como una cucharada de azúcar en un cubo de agua. La plaza de El Oriente tuvo el mismo fin que el reloj público de torre de Reses Hermanos de Valencia.


Notas: (1) El reloj de San Francisco existe, aunque no se vea. Está colocado detrás de la espadaña del antiguo convento y da las campanadas para lo oficios religiosos y las horas (cuando le dan cuerda).

 

 

 

 

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