casa topete

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01 noviembre 2025

Historia nº 28 Estas cosas solo ocurren aquí.

 

Estas cosas solo ocurren aquí

 


Transcripción: ESTA SEPULTURA ES DE HERNANDO GARCÍA TOLEDANO, REGIDOR PERPETUO Y DE SU MUJER MARIA DEL RIO Y SUS HEREDEROS.

Lugar: Iglesia de Santa María de las Virtudes. Villamartín (Cádiz)

Ubicación actual: En el suelo, a los pies del retablo de Santa Ana, Patrona de Villamartín.

Comentario: Sin fecha determinadas. Hernando García Toledano, estuvo casado con María del Ríos como reza también en la lápida de sepultura. Vivían en la calle San Sebastián (hoy calle El Santo) ya que su viuda en el censo de 1589 vivía en la casa familiar de dicha calle, por tanto, debió de morir antes de 1589. No sabemos a qué se dedicaba como trabajador pero seguro que su profesión estaría en la línea de las personas de ascendencias judías.

               En otro lugar de la parroquia encontramos esta lápida:

Transcripción: SEPULTURA DE PEDRO GARCÍA TOLEDANO Y DE CATALINA DÍAZ SU MUJER Y DE SUS HEREDEROS Y SUCESORES. 1570.

Lugar: Iglesia de Santa María de las Virtudes. Villamartín (Cádiz).

Ubicación actual: En el suelo, a la estrada del coro.

Comentario: Pedro García Toledano, estuvo casado con Catalina Díaz como reza en la lápida de sepultura. Vivían en los últimos años de su vida (1570) en la calle San Sebastián (hoy calle El Santo) ya que su viuda, citada en la lápida, en el censo de 1589 vivía como viuda en la casa familiar de dicha calle. No sabemos que profesión tenía, pero seguro que su profesión estaría en la línea de las personas de ascendencias judías, es decir, tendrían negocios que no necesitaban levantarse mucho de la silla. La familia García Toledano fueron casi todos regidores, y respetada por sus vecinos y fue alcalde ordinario de la Villa.

               Nos tenemos que preguntar ahora quiénes eran estos dos hermanos, qué han representado estas dos familias para el pueblo y qué habían hecho ellos y sus sucesores para merecer el privilegio de tener los restos de sus familias en la Iglesia Parroquial.

               Por sus apellidos podemos prever que eran hermanos, hijos de una familia de los primeros pobladores del Villamartín actual, judeo-conversos por el nombre y apellidos (nombre de pila cristiano, Pedro y Hernando, García por el que los bautizó, y Toledano por el de su raza). No eran peones ni agricultores ni ganaderos ni les enseñaban a sus hijos estos oficios salvo oficios de poblado y de estar asentado, ganando de comer con poco trabajo, es decir, serían mercaderes y vendedores y arrendadores de alcabalas y rentas, sastres, zapateros, corredores, tejedores, especieros, herreros, plateros y otros oficios semejantes. No podemos conocer cuando nacieron ya que los registros de nacimiento fueron recogidos por la parroquia a partir de 1525.

               El primer hermano, Hernando, estuvo casado con María del Ríos como reza también en la lápida de sepultura. Vivían en la calle San Sebastián (hoy calle El Santo) ya que su viuda en el censo de 1589 vivía en la casa familiar de dicha calle. Tampoco sabemos a qué se dedicaba como trabajador. Fue nombrado Regidor perpetuo del Cabildo de la Villa. Como se ha dicho anteriormente, esta lápida está situada a los pies del altar de la Patrona, simbolizando con ello que Hernando García Toledano fue uno de los certificadores del patronazgo de Santa Ana, asunto que no es cierto, ya que Hernando falleció antes de 1589 y la proclamación de Santa Ana fue diez años después (1598). Posiblemente el certificador sería su hijo o nieto. Con la ubicación de esta lápida y el simbolismo que se le ha dado se está cometiendo un error mayúsculo. Esa lápida debería ser trasladada a otro lugar de la parroquia.

               El segundo de ellos, Pedro, estuvo casado con Catalina Díaz como reza en la lápida de sepultura. Vivían en los últimos años de su vida (1570) en la calle San Sebastián (hoy calle El Santo) ya que su viuda en el censo de 1589 vivía en la casa familiar de dicha calle. No sabemos nada de su habitual profesión, pero es de suponer que fuese alguno de los mencionados anteriormente. De familia respetada por sus vecinos y fue alcalde ordinario de la Villa.

              Como veis sabemos muy poco de estos dos vecinos de Villamartín porque ha quedado poco en los archivos municipales, pero ellos están en la Iglesia parroquial, sigue el misterio.

              En visita al despacho parroquial me atendió el párroco, D. José Manuel, y entre otras cosas me comentó, —cosa que ya se sabía— que en ese mismo despacho se sorteó el nombramiento de la patrona de Villamartín en el año 1598. El sorteo se hizo así: se metieron en una arquita pequeña el nombre de todos los Santos que se acordaron en el cabildo y en presencia del escribano del mismo, sacó el Padre que dijo la misa el nombre de la Gloriosa y Bienaventurada Santa Ana quedando nombrada desde ese mismo momento Patrona de la Villa. En ese mismo momento Pedro y Hernando García Toledano y otros más firmaron el documento por el que se nombraba a Santa Ana Patrona de la Villa. Esto parece misterioso al principio, pero no lo es tanto, porque en el censo de vecinos de 1589, es decir, nueve años antes aparecen las mujeres de Pedro y Hernando ya viudas, por lo tanto, se debían de tratar de hijos o nietos con los mismos nombres, apellidos y cargos, cosa que era muy común en la época. No es de extrañar que Juan Toledano y Lugo miembro del Cabildo de Villamartín en el año 1700 influyera en el clero local para que los restos de las sagas de las dos familias anteriores tuviesen un sitio en la Iglesia parroquial como recompensa por avalar con sus firmas el documento confirmando a Santa Ana como Patrona de Villamartín.

               A fecha de hoy, la lápida a los pies de la Patrona, está así:



18 octubre 2025

Historia nº 27 La Leyenda de Julián

 


Sinopsis

          En plena segunda mitad del siglo XIX, cuando las decisiones de una mujer se escribían en nombre de su familia y no de su deseo, Inés vive entre rezos, bordados y silencios. En el mismo pueblo blanco, de calles encaladas y secretos que bajan hasta el río Guadalete, estaba Julián: un joven labrador de mirada indomable y palabras que no siguen protocolo.

              El vino a trabajar la tierra. Ella llevaba años atrapada en ella.

          Lo que nace entre ellos no es un amor de salón ni de cartas perfumadas. Es un acuerdo tácito de miradas, encuentros a deshoras y un coraje que nadie les enseñó. El pueblo murmura. La familia decide. El deber pesa. Pero Inés y Julián no consultan al mundo para quererse.

          «La Leyenda de Julián» es una novela sobre amar cuando no se puede, decir «sí» cuando todo exige un «no», y encontrar refugio en quien no estaba en los planes. Una historia de valentía íntima, de deseo contenido, de convicciones que florecen entre albero, jazmines, y el rumor de un río que ha sido testigo de amores imposibles desde hace siglos.


TE LO PUEDES DESCARGAR GRATIS HASTA EL DÍA 22-10-2025 EN:

https://sites.google.com/view/campodematrera/libros-del-autor-y-v%C3%ADdeos-historias-del-casco-antiguo?authuser=0

26 mayo 2025

Historia nº. 25

       

                    


 




        Al pie de la Sierra de Cádiz, Villamartín se erige como un pueblo lleno de historia y resiliencia. Este libro, continuación de una obra previa con 52 relatos que narraron su esencia y evolución, ofrece ahora 45 historias nuevas que profundizan en los momentos más emblemáticos de su pasado. A través de estas páginas, exploramos la vida de sus habitantes, sus tradiciones y los desafíos que enfrentaron, entrelazando generaciones en un recorrido que rinde homenaje a la memoria colectiva del pueblo.

        Un apartado destacado está dedicado a los años entre 1948 y 1963,   que marcaron un antes y un después en el desarrollo de Villamartín. Durante este tiempo, el pueblo experimentó un avance sin precedentes en infraestructuras y servicios, incluyendo la construcción de la caseta municipal, el campo de deporte, las escuelas y la traída de agua corriente a los hogares. Barriadas como La Tenería, San Sebastián, Los Ruedos y Santa Ana surgieron como símbolos del progreso, acompañadas por una revitalización cultural y comunitaria que transformó el día a día de los vecinos.

        Este libro celebra el alma de Villamartín, conectando a los lectores con sus raíces y los momentos que han moldeado su identidad. Cada relato es una ventana al pasado, un testimonio del esfuerzo colectivo y un recordatorio del impacto de las pequeñas historias en la construcción de un legado. Villamartín no solo es un lugar físico, sino un mosaico vivo de voces, sueños y valores que continúan inspirando a quienes forman parte de su historia.

                                CONTENIDO DEL LIBRO

        Historia 1.   Un pueblo empieza a moverse en 1503.

        Historia 2.   El primitivo templo (anterior a 1522).

        Historia 3.   El Castillo de Matrera.

        Historia 4.   Calles, callejones y callejuelas.

        Historia 5.   Topete, de Morón a Villamartín.

        Historia 6.   Prohibición de sombreros.

        Historia 7.   Fábrica de paños y tejidos en Villamartín.

        Historia 8.   El coro de la iglesia parroquial.

        Historia 9.   Los Piñeres de Villamartín.

        Historia 10. La Muy Noble y Muy Leal Villa de Villamartín.

        Historia 11. Escadaloso sacrilegio.

        Historia 12. El Reloj del Ayuntamiento.

        Historia 13. Programa de festejos en el Villamartín del año 1935.

        Historia 14. Claves de un hijo predilecto: Antonio Ruiz-Cabal y Rodríguez.

        Historia 15. Los Garrido Romero de Villamartín.

        Historia 16. Escudo Heráldico del Marquesado de los Álamos del 

                           Guadalete.

        Historia 17. Servidunbre en el Boquete de Parrado.

        Historia 18. Balneario municipal «Baños de los Conejos».

        Historia 19. Fábrica de pieles para guantes de Villamartín.

        Historia 20. Adolfo Blanco: Etapa 1947-1948.

        Historia 21. Adolfo Blanco: Etapa 1948-1950.

        Historia 22. Feria de mayo.

        Historia 23. Auxilio Social.

        Historia 24. Campo de deportes.

        Historia 25. Caseta municipal.

        Historia 26. Incendio en la Fuentezuela.

        Historia 27. Enseñanzas Media: Colegio de Enseñanzas Medias «Nuestra

                         Señora de las Montañas» y Colegio Libre Adoptado «Menéndez 

                         Pelayo». 

        Historia 28. Enseñanza Primaria.

        Historia 29. Grupo Las Micros.

        Historia 30. Grupo Las Virtudes.

        Historia 31. Viviendas: Guardia Civil en Villamartín y Casa Cuartel.

        Historia 32. Barriada La Tenería.

        Historia 33. Barriada San Sebastián.

        Historia 34. Barriada Santa Ana.

        Historia 35. Barriada Los Ruedos.

        Historia 36. Barriada de Matrera.

        Hiatoria 37. Despedida de Adolfo Blanco.

        Historia 38. Al César lo que es del César.

        Historia 39. Los Poley, de Puerto Serrano a Villamartín.

        Historia 40. La Alameda.

        Historia 41. Las escaleras o escalera de Villamartín.

        Historia 42. Misterio en la parroquia.

        Historia 43. ¿El Paseo de la Alameda?

        Historia 44. San Sebastián, patrón defesor de la peste en Villamartín.

        Historia 45. Cosas de Villamartín.


21 abril 2025

Historia n.º 24

 

                           ¿Año 1589, Inquisición en Villamartín?

 

          El término inquisición, en sentido amplio, era un tribunal religioso que averiguaba y castigaba los delitos contra la fe. Más específicamente, la Inquisición o Santa Inquisición hacía referencia tanto al proceso legal como a las instituciones de la Iglesia católica y en varias ocasiones a la protestante dedicadas a la supresión de lo que consideraban «herejía». La herejía contraria a la religión en la era medieval europea, muchas veces se castigaba con la pena de muerte y de esta se derivaban todas las demás. El juez que presidía un tribunal inquisitorial recibía el nombre de inquisidor.

          En el tiempo en que situamos nuestra historia, los siguientes personajes desempeñaron el cargo de inquisidores generales entre 1483 y 1834:

          Tomás de Torquemada (1483-1498), Prior de Santa Cruz. Diego de Deza, arzobispo de Sevilla (1498-1507), renunció. Francisco Jiménez de Cisneros o Giménez de Cisneros, más conocido como el cardenal Cisneros, en realidad su nombre era Gonzalo pero tomó el nombre de Francisco cuando entró en la orden de los franciscanos en honor a San Francisco de Asís. Nació en Torrelaguna (Madrid), 1436 y falleció en Roa (Burgos), 8 de noviembre de 1517. Fue cardenal, arzobispo de Toledo, regente de Castilla, primado de España y tercer inquisidor general de Castilla, perteneciente a la Orden Franciscana (O.F.M. Obs.).

          Un día, a primero de septiembre de 1589 llegó a Villamartín Francisco de Cisneros y estando reunido el Cabildo entró y dijo ser el alguacil comisario de los señores inquisidores del Santo Oficio de la ciudad de Sevilla y entregó al escribano del Cabildo un mandamiento de los inquisidores de la citada Audiencia, el cual transcribo lo más entendible posible, que decía lo siguiente:

          «Nos los inquisidores apostólicos de Sevilla, mandamos a Francisco de Cisneros familiar del Santo Oficio que con vara alta de Justicia, a las villas del Coronil, Arahal y Morón, Espera, Villamartín, Zahara y Bornos y ciudad de Arcos y Villa de las cábalas y a las demás que os pareciere convenir y requiera para los consejos de las que os den. Hagan dar la cantidad de trigo que según la cosecha de los vecinos de las dichas villas os pudieren dar cómodamente, lo cual pagase y a la tasa y pragmática, y cambiare para este castillo por el orden y repartimiento que se os será dado para provisión de los presos de este Santo Oficio que se alimentan por cuenta del Fisco del Rey, nuestro señor, y para la provisión de nuestras casas y de los oficiales de este Santo Oficio. Y, si siendo requeridos no os diesen el dicho trigo informándoos primero de personas desapasionadas de la cosecha de cada uno de los vecinos de la dicha villa. Lo repartido a cada uno, la cantidad de trigo que más cómodamente y con menos perjuicios puedan dar, lo cual se lo pagas como se pague a la tasa y compras a este castillo por ser Orden que está dada, procurando cuanto sea posible. Lo uno y lo otro se haga con la menor difusión y molestia de los vecinos de las dichas villas y que sea posible en cada uno de los dichos lugares tomar ese testimonio y certificación de llas fanegas de trigo que se os repartieren de los repartos de ellos, el cual trae, y olvidánsenos para que conste y sepamos la cantidad de trigo que en cada uno tenga se hagan por este castillo os damos poder y facultad para que compren, y lo cual dichos harrieros o carreteros o barqueros y si fuere necesario para que otros hagan y pongan en este castillo pagándose de él lo que justamente merecieren, y se les debiera por cada una fanega y si para ejecución de ello en este momento fuere menester algún favor pagado por el presente mandamiento a cuales que fueran personas particulares que se le den y hagan dar tan cumplido cuando fuere necesario de nuestra parte se les pidiere so pena de excomunión menor y cinco de cada veinte mil maravedíes por gastos del Santo Oficio.

          Dado en el Castillo de Triana a catorce del mes de julio de mil quinientos ochenta y nueve. Alonso Edicenjo Sierra, mayordomo del Señor Inquisidor Ortuña de Espinosa Brijeño».

          El segundo documento que os transcribo está mejor entendible y sirvió de certificación del asunto. Dice así:

          «En la villa de Villamartín, a doce del mes de agosto de mil quinientos ochenta y nueve, Alonso Francisco de Cisneros alguacil comisario de los señores inquisidores del Santo Oficio de la ciudad de Sevilla declaró ante mí el Escribano del Cabildo de esta villa que las ciento ochenta fanegas de trigo en grano y treinta fanegas de cebada que el Concejo de esta villa, en virtud del mandamiento de los dichos señores inquisidores que tiene exhibido, repartió entre los vecinos de esta villa los ha recibido en si para las entrega a los dichos señores inquisidores como por su mandamiento y comisión se le manda, y de ellas se dio por entregada a su voluntad y remedio. Las leyes de encargo y prueba como en ellas se contiene y el precio del dicho trigo y cebada del caso haberlo pagado a las personas a quien fue repartido a precio de catorce reales conforme a la tasa, y así lo digo y declaro y lo firmo de mi mano, siendo testigos Juan Alonso Librero, Juan Baptista Álvarez y Juan de Peralta vecinos todos en esta villa. [Firmado: Frco. De Cisneros] Ante mí el escribano público y del cabildo: Luis Vázquez de Venegas]».

          Como es obvio y entendible en esta Historia no se está hablando del mismo personaje, aunque los dos protagonistas se llamasen igual: Francisco de Cisneros. El primero de ellos, con el que comenzamos nuestra historia, es el que se conoce como el Cardenal Cisneros, el que gobernó la Corona de Castilla en dos ocasiones por incapacidad de la reina Juana, el que entre 1506 y 1507 presidió el Consejo de Regencia que asumió el gobierno castellano tras la muerte del rey Felipe el Hermoso en espera de la llegada de Fernando el Católico, el que entre 1516 y 1517 volvió a asumir el gobierno tras la muerte del rey Fernando y en espera de Carlos I.

          El segundo, como hemos dicho, se llamaba también Francisco de Cisneros, pero, aunque fue también un personaje perteneciente a la Historia General de España sólo se quedó en Alguacil de Vara Alta del Santo Oficio de Sevilla.

          Otra diferencia entre los dos personajes es que el primero murió en el año 1517 y el segundo, en el año 1589 vivía todavía.